domingo, 12 de junio de 2011

Un gran apóstol del catolicismo social

“Quien definitivamente llevará la salvación a la sociedad actual, no será un diplomático, un docto, un héroe, sino un santo, mas bien una sociedad de santos” José Toniolo
El 1 de mayo, próximo pasado, fue beatificado un hombre, profundamente cristiano católico, que, incluso, llego a pensar en hacerse sacerdote. Se casó y tuvo siete hijos, un matrimonio y una familia cimbrada en la fe cristiana, que no es relativa.
Ese hombre estudió derecho, especializándose en sociología económica, también se hizo economista, y es considerado uno de los italianos más valioso del siglo XIX y parte del siglo XX.
El era de un discurso calmado pero profundo y convincente, que influyó en hombres como el beato Santiago Alberione y el Papa León XIII.
¿Por qué influyó en ellos?
Porque su discurso afirmaba que había que oponer prensa cristiana a otra de tipo que no siempre responde al interés general o del bien común. Alberione le tomó la palabra y hay que ver la obra, que mediante el uso de los medios, realizo y realiza la familia paulina, fundada por el beato.
Su preocupación por la cuestión social existente a fines del siglo XIX - que era dantesca, por la explotación de millones de seres humanos, incluidos niños, mujeres y ancianos - le llevaba como sociólogo - economista a afirmar que las relaciones económicas tenían que estar subordinadas a la justicia. Agregaba que la economía tenía que identificarse con la ética.
Difícil dejar de pensar que la ética no guarde insita vinculación con el ideal cristiano, de un gran valor social, debido a la fraternidad entre los hombres, al amor, a la justicia y a la solidaridad que guarda en su contenido y que la humanidad debería seguir.
Estas ideas han debido entusiasmar al papa León XIII, preocupado por la injusticia social, y es por ello que lo hace estrecho colaborador suyo en la redacción de la encíclica de encíclicas: la Rerum Novarum. de palpitante actualidad.
Ya me he extendido demasiado y cualquiera pensaría que no me he referido al nombre de esa persona, de ese laico católico, figura de relieve en el mundo contemporáneo, apóstol de la santidad y del catolicismo social italiano, que logro comprender el plan de Dios como guía de su existencia y actuar según su voluntad.
Por supuesto, que ya lo nombré. En el epígrafe de estas notas.
José Toniolo tuvo una concepción de la economía. Que esta sea social y humana, subordinada a la ética y a los valores espirituales. Es una concepción vigente hoy en día.
Yo agregaría diciendo que la economía requiere de libertad y de respeto de la propiedad. Que no dependa del estado o del gobierno. Que este ayude a crecer a todos. Que la economía pueda crecer, pero que el crecimiento no se quede para beneficio de unos pocos sino de todos, en especial, los que menos tienen, los pobres. Que siempre los habrá.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo