domingo, 20 de enero de 2008

Despuès de la Homilìa

Despuès de la Homilìa, pienso en mi pueblo que sufre, y lo màs grave que, muchas veces, no sabe que sufre.
Sufre por la inseguridad, por los ladrones, por la droga, porque es manipulado en muchas cosas... El pueblo no tiene conciencia o cultura religiosa, salvo, quizas, honrosas excepciones. Y que conste que es a todos los nìveles, altos, medianos o bajos.
Yo, Dios mio, quiero hacer tu voluntad. Quiero prepararme, estudiando tu Palabra, para enseñarla a mi pueblo.
Quiero interiorizar, que el tesoro es el programa de Jesucristo contenido en su Palabra. Que su corazòn estè en ese tesoro que es el Evangelio.
Hay que estudiar y enseñar. Y al estar estudiando, hacerlo tambièn.
Hay que llevar la Palabra de Dios a todos los confines de mi tierra.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo