lunes, 30 de marzo de 2009

Salvar al pecador

Ten compasión de mi, Dios mio. Permíteme amar y querer a los demás. Enséname a hacerlo. No esperar que me quieran. Ni quejarme porque no me quieran.
En tiempos de Cuaresma transformarme en un hombre nuevo y que esté preparado para celebrar la Pascua gloriosa de tu Reino.
Ser un hombre dispuesto a amar al prójimo, al inocente principalmente. Ser como Daniel que, valientemente defendió a Susana, víctima de una calumnia hecha por ancianos jueces perversos, malvados, incapaces de refrenar sus bajos instintos, capaces de juzgar con falsos testimonios y lanzando por la ventana a la justicia, que procedían en casa de Joaquín como lo hacían en sus tribunales, estimulados por sus bajas pasiones ante una joven y bella mujer.
Como Susana no cedió a sus amenazas para que se acostara con ellos urdieron la infamia, de acusarla de adulterio.
El tribunal, sin oirla, sin averiguar, sin permitirle el debido proceso ni la defensa, procedieron con celeridad reprochable, a condenarla. Lo hacían con una inocente. La salva un joven, Daniel, que, valientemente, se opone ante ese crimen de un tribunal precipitado, parcializado y máscara de justicia. Negador del estado de Derecho y Justicia.
Los ancianos jueces llaman a Daniel y le dicen: ¨Ven a sentarte en medio de nosotros y dínos lo que piensas, puesto que Dios mismo te ha dado la madurez de un anciano¨( Dn 13, 41 - 62 ). Y Daniel salvó a una inocente temerosa de Dios, que prefería la muerte a pecar en contra de Dios.
Ella esperó en Dios, su salvación. Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a Dios, que salva a los que esperan en El.
¨Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo¨( Sal 22 ). Ten compasión de mi ante mis pecados. Yo me arrepiento de ellos.
Jesús ante la adúltera no se opone a la ley. Busca la salvación de la pecadora. Por eso no cae en la trampa que le tienden los fariseos, que andaban cazándolo para acusarlo.
La mujer había sido sorprendida en adulterio, y poniéndola frente a él, le dijeron: ¨Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio, en flagrante adulterio.Moisés nos enseña, nos manda en la ley a apedrearla. ¿ Tú que dices ?¨
Ante la insistencia de la pregunta, sabiendo que querían acusarlo, les dijo: ¨Aquel de ustedes que esté libre de pecados, que le tire la primera piedra¨. Los acusadores se escabulleron ante esas palabras.
Solo Jesús con la mujer, preguntó: ¿ dónde están los que te acusaban ? ¿ Nadie te ha condenado ? Ella le contestó: ¨Nadie, Señor¨. Y Jesús le dijo: ¨Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar¨( Jn 8, 1 - 11 ).
Como afirma André Séve, Jesús ¨al decirle ¨No peques más ¨le muestra claramente que, si no la condena, no es para permitirle que siga obrando así, sino para darle la esperanza de cambiar de vida ¨( SEVE, André El Evangelio del día. Pág. 63 ).

domingo, 29 de marzo de 2009

Sevir generosamente a los demás

El servir a los demás con generosidad debe estar en concordancia con el amor al prójimo. Es tener un corazón de carne que no un corazón de piedra.
La interiorización de los Mandamientos de Dios, que estos estén en lo profundo de la mente y del corazón, debe ser característica del hombre que está dispuesto a seguir a Jesucristo.
Seguir a Jesucristo, creer en él, tener fe y seguir sus enseñanzas expresadas en el Evangelio: ¨El que se ama a si mismo, se pierde; el que se aborrece a si mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna¨( Jn 12, 20 - 33 ).
Jesús llega a la hora de su glorificación, cuando ha servido, y por hacerlo, en aras de los demás, es el momento de su pasión, muerte y resurrección. El acepta en todo la voluntad de Dios.
Y dice Jesús: ¨Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mi ¨. Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.

miércoles, 25 de marzo de 2009

La Anunciación del Señor

Ajaz no pide una señal a Dios: ¨No la pediré. No tentaré al Señor ¨. Isaías dice: ¿ ¨No satisfechos con cansar a los hombres, quieren también cansar a mi Dios ?¨.
A Dios no hay que pedirle signos, sin embargo, El nos da una señal: ¨He aqui que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Enmanuel, que quiere decir Dios con nosotros¨( Is 7, 10 - 14 ).
Nosotros, en vez de pedirle a Dios tantas cosas, como solemos hacerlo, debemos decirle, como afirma el salmo 39: ¨Aqui estoy Señor, para cumplir tu voluntad ¨.
Cumplir con su voluntad en toda circunstancia por grave y difícil que sea. Decir: Sin temor, voy palante confiando en el Señor. Que se haga su voluntad y no la mía. Creer contra toda esperanza en Dios, que en eso consiste la fe.
Jesús nos dice: ¨Vengo para cumplir tu voluntad ¨( Heb 10, 4 - 10). Nos dice que le sigamos, que cumplamos con sus enseñanzas y no realizar ofrendas u holocaustos por los pecados.
María es un modelo de fe. En la Anunciación del Señor queda evidenciada su fe.
El ángel del Señor, Gabriel, en Nazaret, le dice a una virgen desposada, casada con José, lo siguiente: ¨Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo ¨( Lc 1, 26 - 38 ).
María es la virgen, ya anunciada en el Antiguo Testamento, por Isaías. Ella ante ese anuncio del ángel, quedó, en principio, desconcertada, pero de inmediato dio un si generoso al aceptar su misión. Hoy, por tanto, la Santa Eucaristía, tiene un carácter mariano.
¨¿ Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen? El ángel le contestó: ¨El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios¨. María dice: ¨Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mi lo que me has dicho¨.
Ese Hijo es Jesús.
Jesús significa ¨Yahvé salva ¨. El es el Salvador.
Y es que para Dios nada es imposible.