viernes, 6 de febrero de 2015

La misión de la Familia en la Sociedad

“Hoy la familia es despreciada, maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia” (Francisco).
El viernes 30 de enero en la Escuela de Novios de la Parroquia Santísimo Sacramento, en la Urb. Las Lomas, dicté una conferencia titulada con el nombre de estas notas. La inicié dando, en síntesis, dirigido a las parejas asistentes, el testimonio de la Familia Inciarte Molero. De un Matrimonio que  lleva 44 años, que tuvo un noviazgo de 4 años,  que tiene cuatro hijos y seis nietos. Con sus altos y bajos, pero lleno de amor, principalmente, a Dios y a su Hijo amado. Un Matrimonio que reza y ora juntos, que pertenece a varios grupos en la Iglesia, anunciando a Cristo.
Expliqué la etimología de las palabras vocación (llamado), misión (trabajo específico), familia (célula fundamental) y sociedad (conjunto de personas que se interrelacionan entre sí). Llamado para evangelizar, desde la familia dentro y para la sociedad. Que la familia, como Iglesia doméstica no se encierre en las cuatro paredes del hogar y salga a llevar los valores cristianos y ciudadanos a la sociedad en general, respondiendo a una Iglesia en salida.
Cuando Dios creó al hombre, expresó su preocupación porque estuviera sólo. Lo convirtió en ser relacional, no aislado, creándole de una de sus costillas, que le quitó, la Mujer (Gn 3, 21- 24). No podía ser de otra manera, ya que, un hombre debe ser un ser social. Desde allí, desde la Creación de Dios, nace la Familia.
Hice mención del Mensaje a la Familia que, a Filipinas, con presencia récord de más de 6 millones de personas (en Manila), nuestro Santo Papa Francisco dirigió a esa sociedad – que sufre los embates devastadores de la naturaleza y de la pobreza – y a la humanidad en general.
En ese Mensaje nos invitó como esposos a soñar siempre, a ser novios por toda la vida, a amar a San José, que nos enseña el valor del descanso para hacer silencio, rezar y orar, para descansar en Dios y conocer su voluntad. San José aceptó el don de la Familia Sagrada y la condujo con valores, principios y trabajo, incluso, defendiéndola de las intenciones malévolas del poder herodiano. Se necesitan familias santas, sanas, fuertes, que recen unidas para defender el  Plan de Dios, su reino en la tierra. La Familia ha de levantarse, actuar y  tener una voz profética (mencioné a Malala y el poder de la voz denunciante de injusticias), y manifesté que el único Matrimonio es entre macho y hembra, o sea, entre hombre y mujer; otros, podrán ser relaciones legales entre personas de un mismo sexo.
La Familia debe defender a los más necesitados, a los ancianos y niños, oponiéndose a la “cultura del descarte” (frase de Francisco) que considera a seres humanos basura que debe ser desechada.
Invité a darle seguimiento al Sínodo por la Familia que será celebrado entre el 4 y 25 de octubre de 2015 en Roma, bajo el tema “La vocación y la misión de la familia”. Los lineamentos y preguntas ya están circulando por el mundo, en todas las Comisiones Episcopales de la Iglesia. Son 46 preguntas de cuyas respuestas nacerá el Instrumento Laboris de esa Asamblea Extraordinaria de Obispos.
Al final de la exposición hice varias recomendaciones : lean la Biblia todos los días; asistan puntualmente a la Santa Eucaristía; recen y oren a diario; lean los Mensajes recientes del Papa Francisco (el del 1 de enero de 2015 por la Jornada Mundial por la Paz y el de Manila); valoren la importancia del descanso y del silencio; consideren  la misión de la familia trascendente y comprometerse con ella; dar, como padres, una educación correcta a los hijos; no quedarse encerrado en el núcleo familiar; tener presente que “la familia es íntima comunidad de VIDA  y de AMOR”; en la familia se aprenden las virtudes específicas del Evangelio; tener al Señor Jesús como centro y modelo de vida; como laicos ser testigos e iluminar con el sentido de la fe y la gracia de la palabra, y anunciar el Evangelio.
Le rendimos un minuto de silencio a nuestro Párroco Eterno Angel Leonardo Villalobos Domínguez e hicimos una propuesta de hacerle un homenaje permanente, bautizando, con su nombre, el salón de exposiciones y eventos de la Parroquia, develando en ese salón un cuadro del Presbítero recientemente fallecido. Gracias, reitero, a la Sra. Nellys de González, directora de la Escuela de Novios, por la invitación que nos formulara al Matrimonio Inciarte Molero para abordar tan interesante tema, que busca formar a los futuros esposos y crear conciencia de la importancia de que hayan familias sanas para bien de la sociedad y de su paz, tan necesaria en estos días tormentosos en el planeta entero.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo