lunes, 15 de septiembre de 2008

Defensa del Matrimonio Tradicional

Quiero expresar de entrada que la defensa del Matrimonio Tradicional es igual que la defensa de la Familia Tradicional. Si me llaman reacccionario, troglodita, no me importa. La Familia Tradicional es el producto de la unión de un hombre y una mujer. Soy radical en esto.
Si en algún momento he fallado, por mi condición de pecador, pido perdón a Dios y manifiesto mi arrepentimiento.
Yo hace muchos años, le vengo recomendando a los que se casan, principalmente a los jóvenes, que defiendan el Matrimonio. No acepto aquello de ¨me divorcio porque se acabó el amor¨. No saben qué es el amor.
Condeno, con todas mis fuerzas, a quienes relativizan y a quienes atacan a la Familia Tradicional, la que deviene de la unión de un macho y una hembra.
Soy fiel con lo que creo. Creo en Dios, en Jesucristo y el Espíritu Santo, y creo en la Virgen María, que es modelo de Fe ante cualquier circunstancia. Lucho por mi FE, de hombre cristiano católico, y todos los días, pido al Señor, aumente mi FE.
Creo en Dios porque El es Amor.
El Amor es más fuerte que la muerte, más fuerte que nuestra debilidad y pecados.
¨Al volcarse a Dios, el hombre se encuentra a si mismo¨ dijo en Francia, en el santuario de Lourdes, el Santo Papa, Benedicto XVI, quien me inspiró escribir estas notas. El expresó, también, su rechazo a la figura de los divorciados vueltos a casar. Le acompaño en ello, también.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo