Me la ha inspirado uno de mis hijos. A él va dirigida con todo mi afecto, pero también va dirigida a todos los jóvenes, donde están ubicados mis otros hijos, y a toda persona, que no importando su edad, quiera darle significado o sentido a su vida. Sólo se es viejo cuando se ha perdido la esperanza.
Quien le de sentido a la vida y busque lo noble, lo trascendente, y ponga su alma, su espíritu, mente y cuerpo en ello, jamás se sentirá viejo. Nunca le embargará la tristeza. Siempre estará dispuesto a empinarse por encima de las circunstancias por difíciles que éstas sean.
Joven empínate, es el título de una obra del insígne Maestro venezolano, Luis Beltrán Prieto, que tomo prestado para iniciar, de inmediato, esta Carta.
Hijo mío:
Si algo puedo hacer por tí, es empezar diciéndote: Empínate, levántate y vamos. Vamos al encuentro de atractores poderosos que son capaces de vencer la incertidumbre, la inseguridad y el vacío espiritual.
Para lograrlo te recomiendo, por supuesto, con tu permiso, lo siguiente: 1. Ama a Dios por encima de todas las cosas. Habla con El todo el día y todos los días. Déjale a El lo que no puedas vencer. 2. Ama al prójimo como a tí mismo. 3. Recuerda que amar es perdonar. 4. Ama y lucha por la libertad. 5. Alíneate siempre con la verdad. 6. Ama la belleza. 7. Cree en la no violencia. 8. Ama la naturaleza. Síguela, que élla te enseñará muchas cosas. 9. Se orgulloso. 10. Ama el trabajo. Si no tienes uno inventa qué hacer. 10. Acera la voluntad. 13. Ama lo noble. 14. Dále significado a tu vida. Defíne un ideal. 15. La grandeza está en ser útil y no en ser grande. 16. Defiende el honor. 17. Cree en la democracia. 18. Cree en el Voto. Lucha porque sea legal, puro y transparente. 19. Cree en la descentralización. 20. Cree en que es más importante ser que tener. 21. Cree en que es más importante dar que recibir. Es más importante servir que ser servido. 22. Produce como capitalista y distribuye como socialista. Cree en la solidaridad. 23. Cree en tí. Cree en tu más preciado capital que eres tu mismo.
Quisiera, Hijo mío, darte más... pero si algo me queda es mucho amor para tí. Ama la vida que, siempre, estará por arriba de la miseria... Que viva la alegría.
Quien le de sentido a la vida y busque lo noble, lo trascendente, y ponga su alma, su espíritu, mente y cuerpo en ello, jamás se sentirá viejo. Nunca le embargará la tristeza. Siempre estará dispuesto a empinarse por encima de las circunstancias por difíciles que éstas sean.
Joven empínate, es el título de una obra del insígne Maestro venezolano, Luis Beltrán Prieto, que tomo prestado para iniciar, de inmediato, esta Carta.
Hijo mío:
Si algo puedo hacer por tí, es empezar diciéndote: Empínate, levántate y vamos. Vamos al encuentro de atractores poderosos que son capaces de vencer la incertidumbre, la inseguridad y el vacío espiritual.
Para lograrlo te recomiendo, por supuesto, con tu permiso, lo siguiente: 1. Ama a Dios por encima de todas las cosas. Habla con El todo el día y todos los días. Déjale a El lo que no puedas vencer. 2. Ama al prójimo como a tí mismo. 3. Recuerda que amar es perdonar. 4. Ama y lucha por la libertad. 5. Alíneate siempre con la verdad. 6. Ama la belleza. 7. Cree en la no violencia. 8. Ama la naturaleza. Síguela, que élla te enseñará muchas cosas. 9. Se orgulloso. 10. Ama el trabajo. Si no tienes uno inventa qué hacer. 10. Acera la voluntad. 13. Ama lo noble. 14. Dále significado a tu vida. Defíne un ideal. 15. La grandeza está en ser útil y no en ser grande. 16. Defiende el honor. 17. Cree en la democracia. 18. Cree en el Voto. Lucha porque sea legal, puro y transparente. 19. Cree en la descentralización. 20. Cree en que es más importante ser que tener. 21. Cree en que es más importante dar que recibir. Es más importante servir que ser servido. 22. Produce como capitalista y distribuye como socialista. Cree en la solidaridad. 23. Cree en tí. Cree en tu más preciado capital que eres tu mismo.
Quisiera, Hijo mío, darte más... pero si algo me queda es mucho amor para tí. Ama la vida que, siempre, estará por arriba de la miseria... Que viva la alegría.