domingo, 6 de diciembre de 2009

Autoridad y poder

Sé que es difícil diferenciar la Autoridad del poder porque son conceptos que van estrechamente de las manos, sin embargo, me atrevo a hacerlo. Por cierto, que esos conceptos están ligados a los términos influencia y obediencia.
La Autoridad y el poder encuentran justificación si las personas u órganos que las detentan pueden influenciar, persuadir y convencer. Todo dirigido a la obediencia del gobernado o dirigido.
Toda sociedad, como organización de personas que es, necesita de disciplina. Pues bien, la obediencia, que es una virtud natural indispensable, hace que exista disciplina y eficacia en toda organización, teniendo como principal de ésta, la sociedad civil.
Jesucristo tuvo una obediencia sobrenatural. Se hizo obediente hasta la cruz en muerte. Jesús obedecía la voluntad de su Padre, que nos lo dio para la salvación por nuestros pecados.
La Autoridad no puede estar reñida con la religiosidad, con la moral, la ética, la preparación, el civismo y la honestidad. En esto no puedo pasar por alto que ser honesto es ser revolucionario. La Autoridad debe amar a Dios y al prójimo, y tener conocimiento de Dios y temor a Él.
El poder es el uso de la fuerza para hacer que el gobernado obedezca. Esa fuerza es exclusiva del Estado para garantizar el orden, la paz y la seguridad ciudadana. Grave es cuando esa fuerza cae en manos de mafias, de bandas delincuenciales y de organizaciones híbridas de funcionarios policiales y militares delincuentes. Sus efectos son de la alarma ciudadana de toda Venezuela.
Ideal sería que, en un gobernante se conjuguen la autoridad – como concibo en mi intento de diferenciarla del poder – y el poder, porque el gobernante debe garantizar la seguridad ciudadana. Si tiene que aplicar medidas incruentas tiene que hacerlo, por supuesto, sometido a la ley.
El artículo 7 de la Constitución vigente en Venezuela, establece, que “ésta es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución”.
Entonces definamos que la Autoridad merece respeto, si tiene mérito, si no es déspota, si no es injusta, si no es corrupta, si busca el bien de todos, entonces así, es una cualidad y sus leyes y órdenes serán obedecidas.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo