domingo, 28 de noviembre de 2010

La protección de la mujer contra la violencia

La grandeza no está en ser importante si no en ser útil.
El lunes 22 de noviembre, del año que finaliza, asistí a una reunión sobre la sensibilidad y acciones ante la Violencia basada en el Género.
Dicha reunión se efectuó en el Hospital de Especialidades Pediátricas de esta ciudad de Maracaibo que, donde se encuentra ubicado – barrio de extrema marginalidad – constituye un oasis en ambiente y organización.
Fui en representación de la UNICA.
Debo decir cómo se produjo esa representación.
El sacerdote Luis Emiro Arrieta, párroco de la Iglesia del Carmen, muy querido y apreciado por su sensibilidad social y religiosa – amén de su fina inteligencia – me llamó y me informó que si quería participar en un taller sobre la violencia contra la mujer y yo le dije que si, dándole el número de mi cédula de identidad. Hay honores que no se solicitan pero que tampoco se renuncian.
Pues bien, el acto fue organizado por UNHCR – ACNUR, organismos de las Naciones Unidas que protegen a los refugiados y refugiadas en el mundo, y que en los últimos años el ACNUR ha desarrollado programas especiales para garantizar el acceso de las mujeres a la protección legal.
La coordinación estuvo a cargo de Liliana de Casanova, y contó con la presencia de distinguidos expertos en estos delicados y actuales asuntos. Habiéndose producido las presentaciones de rigor, cada uno de los asistentes, expuso algunas ideas sobre el tema.
La violencia embarga a la población mundial y nuestro país no constituye la excepción. Es una violencia que requiere de atención psicológica, psiquiátrica, en pocas palabras, de actuación multidisciplinaria. Diría que el asunto compete a todos, sin excepción, porque, nadie puede sentirse no afectado por este flagelo de la violencia.
Los niños merecen especial atención. A ellos hay que enseñarles a decirle a los mayores que pelean “abuelo no se discute, se habla”
Tanto periodistas, como abogados, relacionistas públicos, medios de comunicación social, políticos, autoridades, sector público como privado, la entera sociedad, deben involucrarse a fondo en conocer todo lo que implica la violencia sexual basada en género. Saber utilizar los términos de estos casos, por parte de periodistas y policías, para que no se divulguen las consecuencias de un mal empleo de los mismos.
Yo pienso que no somos pocos los que accedemos a Internet. Deberíamos aprovecharlo para, motu proprio, emprender campañas largas e interminables en contra de la violencia contra la mujer, en fin, en contra del ser humano. Es una manera de construir la paz como lo hacen organismos internacionales como los ya mencionados. Es tarea de encomio por la nobleza de sus fines. Actuemos en consecuencia.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El socialismo fracasó y seguirá fracasando

Es una “tragedia” que en Europa exista la convicción de que Dios es el antagonista del hombre y el enemigo de su libertad. Benedicto XVI en España.
De Dios “desciende todo don excelente y toda donación perfecta” (St 1,17)
Ese don, el más preciado, es el de la libertad, al crearnos a su imagen y semejanza; libertad, a la cual, Él, le puso sus limitantes en aras de que el hombre guarde y cultive el jardín que le dio para satisfacer sus necesidades y contribuyera a hacerlo con las de los demás. Que al producir riquezas, éstas estén al servicio del bien común.
Sabio, como es Dios, le confirió esa libertad por su conocimiento de que la persona prevalece en libertad.
El mal del socialismo es de carácter antropológico, lo afirma Juan Pablo II, en su Encíclica Centesimus annus. ¿Por qué? Porque ha pretendido siempre hacer depender al hombre del Estado o de la voluntad del caudillo, y en ese afán le ha llevado a catástrofes, como la de la URSS – hoy extinta – y la de Cuba.
El hombre necesita de la libertad para desarrollar iniciativas económicas, sociales, culturales y políticas. Requiere de la libertad de pensamiento, de libre expresión de éste, y de libertad religiosa.
Para el desarrollo de la libertad o libertades, hay que fortalecer la libre asociación, la protesta pacífica, los partidos políticos, los sindicatos, los gremios profesionales, las cámaras empresariales, las empresas, entre otras expresiones de la sociedad civil.
El hombre debe defender siempre su dignidad. A él le compete, cueste lo que le cueste.
El socialismo o el comunismo, o la llamada dictadura del proletariado, pretende, a través de falsas ilusiones, llevar al hombre a la esclavitud.
Esas falsas ilusiones se sintetizan en una: quitarle al trabajador sus derechos laborales, su seguridad social, su bienestar económico, haciéndole creer que él es protagonista de su destino o actor de éste.
La Encíclica Centesimus annus fue publicada en homenaje a la de León XIII, la Rerum novarum.
La Rerum novarum se opone a la estatalización de los medios de producción, que reduce a todo ciudadano a una pieza en el engranaje de la máquina estatal.
“Al Estado le corresponde determinar el marco jurídico dentro del cual se desarrollan las relaciones económicas y salvaguardar así las condiciones fundamentales de una economía libre, que presupone una cierta igualdad entre las partes, no sea que una de ellas supere talmente en poder a la otra que la pueda reducir prácticamente a la esclavitud” (Rerum novarum 121- 125) Hay que manifestar pacíficamente y protestar en contra de todo lo que conlleve a la esclavitud del hombre. Nada de violencia ni de odio, sino búsqueda de la justicia y de la paz que, cuando se besan, hacen reinar la felicidad de todos. Luchemos por ellas.

lunes, 8 de noviembre de 2010

SER y tener

“Por el amor a Cristo he renunciado a todo, y todo lo considero como basura, con tal de ganar a Cristo” (Fil 3, 3-8)
“Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó” (Gén 1,27). Y le dio el jardín del Edén, “para que lo guardara y lo cultivara” (Gén 2, 15); pero le impuso un deber u obligación: someterse a la voluntad de Dios.
Puede apreciarse que, desde la Creación, el hombre disfruta de libertad, pero condicionada al cumplimiento de la voluntad divina.
¿Dónde se expresa esa limitante para el hombre?
Cuando Dios le dice “puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comas, porque el día en que comas de él, quedarás sujeto a la muerte” (Gén 2, 17).
El hombre tiene un deber: trabajar para tener, y en eso consiste el cultivo del jardín, que es la tierra; pero debe cuidarla y por eso el Señor Dios le ordena que guarde el jardín. Hoy ante el cambio climático y las reacciones de la naturaleza, como pesan en la conciencia del hombre esas palabras del Señor.
Los gobiernos deben crear empleos y un ambiente propicio para que el hombre y la mujer puedan tener iniciativas y poder trabajar en libertad. Actuarían en sintonía con las palabras de Dios al momento de la Creación.
El “tener” no puede convertirse en un culto o en una idolatría. Al hacerlo, el hombre descuida al “ser” y el desastre se produce casi que de inmediato. El alejarse de Dios tiene sus consecuencias.
Al que actúe de esa manera, sólo le preocupa acumular cosas y dinero, para consumir de manera patológica y enfermiza. El “tener” es para crecer espiritualmente, moralmente y acorde con Cristo. Es para no ser indiferente e insensible para con el que tiene poco o nada.
Estoy seguro que, la injusta distribución de la riqueza en el mundo, es lo que origina un superdesarrollo y subdesarrollo que rechazo. Hay quienes afirman, entre ellos, Anselm Grün, que “sólo podrá haber paz mundial en el futuro si se logra un equilibrio justo de los bienes. Sólo si estamos dispuestos a compartir los bienes unos con otros, será posible la paz en nuestro país y en el mundo entero” (GRÜN, Anselm. El libro de los valores. Págs. 127 y s.)
En países desarrollados y subdesarrollados se da la más grave de la injusticias del mundo actual, que unos pocos tengan mucho y muchos tengan poco, Domina en esos pocos la avaricia que es la forma más evidente de un subdesarrollo moral (Juan Pablo II).
Se condena la acumulación de riqueza que entraña el despojo de otros. El Eclesiastés hace la crítica sistemática del afán de riquezas y Proverbios 30, 7 – 9 pone el ideal en el centro entre riqueza y pobreza.
Los totalitarismos más terribles como el comunismo-socialismo, nazismo y fascismo, encuentran su caldo de cultivo, su abono, en sociedades de injusta distribución de la riqueza.Termino, recomendando la lectura, estudio e internalización de la Encíclica Sollicitudo rei socialis de Juan Pablo II. En ella se condena la ciega sumisión al consumismo, forma de materialismo craso. Tiene vigencia.