domingo, 9 de enero de 2011

Benedicto XVI mas allá de Westminster Hall

“El futuro es de Dios, de nada vale agitarse” Monseñor Paul Youssef.
Examinando con detenimiento el discurso del Santo Papa Benedicto XVI, en el encuentro suyo con representantes de la sociedad civil y de todos los sectores académicos, políticos y empresariales de Gran Bretaña, pronunciado el 17 de septiembre de 2010, en el Westminster Hall, encuentro temas que sirven para la reflexión de gobernantes, políticos, empresarios. Legisladores y demás lideres, más allá del Parlamento Inglés.
Westminster Hall es el palacio, donde, desde hace siglos, funciona el Parlamento británico. Actuaciones de innumerables hombres y mujeres han tenido y tienen proyección histórica en el tiempo. Así encontramos que, uno de esos hombres, el santo Tomás Moro, tiene actualidad en el discurso del Santo Papa, Benedicto XVI.
Tomás Moro es admirado por creyentes y no creyentes “por la integridad con la que fue fiel a su conciencia, incluso a costa de contrariar al soberano, de quien era un “buen servidor”, pues eligió servir primero a Dios”.
Se plantea con lo antes expuesto, cuál es el lugar apropiado de la “creencia religiosa en el proceso político”.
Quiero dejar constancia de que todas las comillas encierran fragmentos del discurso, que vengo examinando, tanto las anteriores como las que siguen.
Gran Bretaña “se ha configurado como una democracia pluralista que valora”, como lo hace la doctrina social de la Iglesia con otras palabras, “la dignidad única de toda persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios”, mediante el respeto a la libertad de expresión, la libertad de afiliación política y el respeto al papel de la ley…” de todos los derechos individuales del hombre, de la igualdad de todos ante la ley.
La ética debe regir toda actuación política y económica. “Ningún gobierno puede permitirse ignorar ni proceder en base a soluciones pragmáticas y a corto plazo”. Los legisladores, principalmente, no deben marginar “el papel de la religión – en especial el cristianismo – que consiste en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos”, que atiendan a la ley natural, y puedan elaborar leyes que se constituyan en hitos legislativos, como, en su momento, la ley, emanada del Parlamento Inglés, proscribiera la esclavitud. A los legisladores no se les puede pedir que vayan en contra de sus conciencias, en especial, a los cristianos que desempeñan un papel público.
La invitación que les hizo a los ingleses, Benedicto XVI, a buscar “medios de promoción y fomento del diálogo entre fe y razón por el bien de nuestra civilización”, tiene una connotación que va más allá de Westminster Hall. Es necesario que todos lean ese discurso lleno de sabiduría y base de convivencia, tolerancia y pluralidad para los pueblos de la tierra.

martes, 4 de enero de 2011

Libertad religiosa, vía para la paz

“Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de la tierra. Adoren al Señor con reverencia, sírvanlo con temor” (Sal 2).
En su homilía, de la primera misa del año 2011, en la Basílica de San Pedro, por Santa Madre de Dios y al mismo tiempo con motivo de la Jornada de la Paz, que este año tiene el lema “Libertad religiosa, vía para la paz”, Benedicto XVI, nuestro Santo Papa, hizo un llamado al mundo a combatir la intolerancia religiosa.
El llamado lo viene haciendo el Vaticano en sus diálogos ecuménicos e interreligiosos y ahora, lo hace, en momentos en los cuales son recientes los ataques en contra de los cristianos, ocurridos en Irak, en una Iglesia católica en Bagdad, donde murieran 63 personas, y, en Alejandría, Egipto, en una Iglesia copta, donde perecieron 21 seres humanos por la explosión de un carro bomba, y en donde pareciera ser más que una tendencia grave en este planeta globalizado.
Tolerar es aceptar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. La intolerancia es por tanto falta de tolerancia, especialmente religiosa.
Benedicto XVI condena la intolerancia religiosa y afirma que la libertad religiosa es un elemento imprescindible de un Estado de Derecho. Ya en cierta ocasión, el Arzobispo Migliori, había sostenido que la libertad religiosa es un valor y no una amenaza. La libertad religiosa es una condición necesaria para buscar el bien común y la auténtica felicidad.
Quienes sientan curiosidad o inquietud por lo que vengo exponiendo les sugiero que lean, El Nacional del 2 de enero pasado, y entre por internet a http://es.catholic.net/ecumenismoydialogointerreligioso.
¿Qué debemos hacer los cristianos? ¿Quedarnos de brazos cruzados? ¿Ser indiferentes o resignarnos ante hechos de violencia, de discriminación e intolerancia? El Santo Papa exhorta a los cristianos a que permanezcamos firmes ante la discriminación y la intolerancia.
Benedicto XVI se suma a sus antecesores Juan XXIII y Juan Pablo II quienes condenan la guerra, el armamentismo y proclaman la paz.
En efecto, el llamado Papa Bueno, quien convocara el Concilio Vaticano II, proclamó en In Pacem in Terris (la Paz en la Tierra), condenó la guerra, reclamó el desarme y nos dijo cuáles condiciones garantizan “un decoroso nivel de vida” (109 y 11) y destacó la naturaleza social de los hombres, que deben “convivir unos con otros y procurar el bien de los demás… Que se respeten mutuamente los derechos y deberes… con diligencia y eficacia crecientes” (31).
Por su parte, Juan Pablo II, dejó sentado su criterio, en Sollicitudo rei sociales, cuando afirmara que “la producción de armas es un grave desorden que reina en el mundo actual, respecto a las verdaderas necesidades de los hombres y al uso de los medios adecuados para satisfacerlas, no es menos el comercio de las mismas”. Se condena el afán de compras de armas de los gobiernos en detrimento de los alimentos, viviendas, educación, descanso y seguridad social de hombres y mujeres. Se condena su uso, causa de mucho sufrimiento de los pueblos.
Venezuela aprobó en la Constitución de 1999, vigente a pesar de lo que se pudiera estar haciendo en su contra, que “El Estado garantizará a toda persona…, el goce y ejercicio irrenunciable e interdependiente de los derechos humanos”. “Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia, no se permitirán discriminaciones fundadas…, en el credo” (artículos 20 y 21 CRBV). Por tanto, se consagra la libertad religiosa que es derecho humano fundamental e imprescindible para la existencia del Estado de Derecho. Cualquier intento o hecho que vaya en su contra no es para resignarse sino para que sea materia trascendente en cualquier frente que se constituya en defensa de la constitución.

domingo, 2 de enero de 2011

"... Carlos Andrés"

El jingle que compuso Chelique Sanabria, el autor de bellas canciones, entre ellas, Ansiedad, que le ha dado la vuelta al mundo, retrató al personaje de cuerpo entero.
Decía “ese hombre si camina, va de frente y da la cara… Carlos Andrés”.
Considerado, hoy, el político más importante de los últimos cincuenta años, incluso, por muchos que lo defenestraron en 1992 durante su segunda Presidencia, algunos de ellos, que potenciaron a Chávez, hoy se arrepienten, fue un hombre de carne y hueso, con virtudes y defectos, con aciertos y errores, pero con una constante: la de ser un amante de la libertad y de la democracia para Venezuela.
Podría decir, sin faltarle a la verdad, que sus ejecutorias de hombre de gobierno estuvieron dirigidas a modernizar al país que le viera nacer y por el cual diera su vida.
Yo puedo garantizar mi percepción de Carlos Andrés Pérez: un político volcado hacia la política y no hacia la riqueza.
Yo lo apoyé en sus dos campañas presidenciales y fui funcionario regional de su primer gobierno como Inspector del Trabajo en el Zulia. Le conocí personalmente.
Sus gobiernos dejaron una obra trascendente para nuestra patria. Señalo algunas: la nacionalización del petróleo y del hierro, la fundación del Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela que desde entonces dirige con éxito el Maestro Abreu, quien fuera Ministro de Cultura en su gobierno, el Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, la remisión, consolidación de las deudas de los productores agropecuarios… por sólo indicar algunas, y por razones de espacio.
Si comparáramos la Venezuela de CAP (el acróstico que se hiciera famoso) con la Venezuela actual y anotáramos las obras de una y otra, comprobaríamos que no hay comparación que valga. CAP actuó siempre movido por la modernidad venezolana.
Nunca dejó de dar la cara, asumiendo responsabilidades a costa de su popularidad. Dio un giro radical, en 1992, para enderezar la vida económica de Venezuela, que le llevó, en una rebelión de náufragos, a enfrentar con entereza la acción de una justicia como instrumento de destrucción de odios y venganzas. Fue defenestrado y sus amigos, en su inmensa mayoría, le abandonaron.
Hoy, que recién acaba de fallecer en Miami, en un destierro inmerecido, ya empieza la historia a reivindicarlo. A CAP jamás le gustó la sacralización de los líderes. Él consideraba que eran de carne y hueso, y así lo hizo saber siempre.
Su grandeza está demostrada y su papel en la historia está garantizado. Fue un hombre positivo por encima de sus defectos y errores que fueron muchos. “… Carlos Andrés”.