lunes, 8 de mayo de 2006

Ideas del embajador de la paz, Dalai Lama

El XIV Dalai Lama, líder espiritual del Tibet, anda de gira por Latinoamérica.
Antes de exponer las ideas, que anda como semillas sembrando por Suramérica, quiero compartir con ustedes, respetados y amables lectores, una experiencia que, junto con mi esposa y unos sobrinos, viviera con esa santidad.
Resulta que estuvimos en una conferencia que el dictó el año antepasado en Miami. Y deseo confesar que, no obstante la dificultad técnica en la traducción, capté en él espiritualidad serena, paz interior, buen humor, alegría, risa contagiante, simpatía desbordante y un gran optimismo. Su aura irradiaba luz.
Pues bien compartida esa experiencia, expongo las ideas.
1. ¨cualquier cambio que se quiera hacer será en democracia y que ésta sea la mejor para los países¨.
El se declara optimista por el triunfo de la democracia en Latinoamérica.
2. El optimismo es muy importante porque si la población se siente desamparada ¨no tiene fuerza para seguir¨.
3. El Dalai Lama no impone sus ideas, sino que trata de conocer las ideas de los demás.
Sólo coincide con George W. Bush en lo que es la democracia.
4. Amor, libertad, tolerancia y armonía entre las religiones, es su mensaje durante la gira que realiza por esta región.
5. Condena la muerte de numerosos seres, sin razón aparente, en el Medio Oriente, pero sostiene que hay mucha gente que muere de hambre y eso no sale en la prensa.
6. Su intención es promover los valores humanos como un embajador de la paz.
El Dalai Lama es sencillo y bromista.
Ahora pido a los lectores permiso para exponer unos comentarios.
Primero. Lo del triunfo de la democracia en la región.
Es cierto lo de ese triunfo.
Pero desearía elevarle a Tenzin Gyatso, la preocupación existente en esta región por los peligros que representan quienes, llegando al poder por vía del voto, o de la democracia, luego con sus procederes se alejan de ésta. Tal es el caso de Venezuela y la influencia de ésta, o de su gobierno, en la región.
Quizas el Dalai se dirige a los protagonistas de esos procederes al afirmar que cualquier cambio que se quiera hacer se hará en democracia.
Segundo. Es necesario tener gran coraje para ser optimista teniendo hambre o estando en pobreza crítica.
Su Santidad debe saberlo mejor que nadie. Y, además, debe saber que la corrupción administrativa de los gobiernos y de ciertos políticos y empresarios, y la injusta distribución de la riqueza, constituyen unas de las principales causas del hambre y de la pobreza crítica, así como la falta de oportunidades y de empleos.
Quizas por eso el Dalai Lama en Lima haya preferido no reunirse con representantes políticos de ese país y prefiera sembrar los valores humanos como embajador de la paz.
Tercero. No imponer ideas a los demás.
La fuerza de la razón,que no la razón de la fuerza, es la esperanza para la existencia de un mundo mejor que el actual.
Un mundo mejor sería aquel donde reinen el amor, la libertad y la tolerancia, y no un mundo donde quieran imponer ideas, modelos, a la fuerza.
Un mundo mejor sería aquel donde no se pretenda hacer del ser humano un hombre unidimensional o un hombre robotizado.
Cuarto. La diversidad de personas y de ideas llevan a la armonización entre las religiones.
Respeto a quienes, de buena fe, con nobles propósitos, postulen una única religión, una religión universal.
Yo me inclino por la armonización entre religiones. Es la más conveniente en el mundo conflictivo actual y la más cónsona con las diferencias. Pienso que es el mejor camino para la paz mundial.
Quinto. El hambre.
Pienso que ningún líder político, que ningún gobernante del mundo, es exitoso mientras hayan seres que mueren de hambre.
Todo el mundo tiene derecho a comer. Es un derecho que garantiza la vida.
Coincido con Dalai Lama. La prensa debe darle más cobertura a esta dramática situación de millones de personas que mueren de hambre. Se deberían hacer campañas dirigidas a erradicarla del planeta.
Sexto. La sencillez y la alegría.
Son valores que el Dalai ejemplariza con su vida.
Son valores que están en sintonía con una vida consagrada a SER y no al tener.
El tener no es malo.
Malo es atesorar ávidamente riquezas sin cultivar al máximo la solidaridad.
Las riquezas mal habidas son las peores. Y cómo abundan, no sólo las devinientes de la corrupción, sino la proveniente de delitos peores.
Santidad en Latinoamérica se vive, como en cualquier otro lugar del planeta, probablemente más o probablemente menos, el irrespeto constante y permanente a la vida.
Su presencia por estos lares es oportuna. Bienvenido.

1 comentario:

  1. En verdad un artículo muy importante. Nopuedo seguir comentando más a fondo ya que prefiero no mezclar creencias y política, y para decir verdad no conozco la de Lima. así que resultaría más que impertinente de mi parte.
    Solo me resta decir que publicaciones como ésta llevan siempre al repensar contínuo de nuestra existencia.
    ya lo dijo el mismo Dalai
    no interesan las religiones, lo importante es que todos tratemos de ser mejores y ayudar al prójimo (o algo parecido)
    Auguris Rafael, muy interesante bolg.

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Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo