¨Las revoluciones del siglo XXI son revoluciones de la palabra¨.
Como ciudadano estoy en la obligación de aportar ideas en momentos de cambios inevitables.
Voy a hacerlo en esta oportunidad siguiendo una obra ¨El Líder del Futuro¨de The Drucker Foundation para aplicarla a Venezuela y la descentralización.
El país requiere de líderes que sean capaces de atraer a su servicio personas mejores que el mismo. Lo afirma Carnegie.
Lideres que influyan para que sean impulsadas las organizaciones. Que escuchen más y hablen menos. Que se preocupen por los resultados y no por la popularidad.
El líder que se sepa rodear de lo mejor es inteligente y no un mediocre. Es un líder que cree en sí mismo.
Influir para que las cosas sucedan , significa confiar en que sus colaboradores sean competentes en el ejercicio de sus funciones o de su trabajo. Velar, darle seguimiento al trabajo, y que se haga bien de conformidad con los objetivos de la organización, es decir, de acuerdo con la misión y la visión de ésta.
Escuchar, analizar y resolver, son tres razones para que el líder triunfe. Hablar menos y estar ¨abierto a nuevas ideas¨.
En esta época de cambios asombrosos, final de un milenio y principio de otro, las palabras, según Charles Handy, son ¨adhocracia¨, federalismo, alianzas, equipos, delegación de facultades, espacio, opciones, lo posible y compromiso en vez de obediencia; son palabras claves que fundamentan la descentralización, o la importancia del individuo en la nueva sociedad del conocimiento o sociedad ¨postcapitalista¨, como la llama Peter Drucker.
Sería un olvido inaceptable, si en este punto de la exposición, olvidara, no dijera, que en países como España, Canadá, Alemania, Estados Unidos, por sólo señalar algunos, de profunda descentralización, el individuo es ciudadano con capacitación y excelentes condiciones de vida donde la riqueza circula en forma más justa y equitativa que por estos lares latinoamericanos donde se sigue pensando en distribuir la riqueza sin haberla creado, o lo otro, la existente está cada día que pasa en pocas, muy pocas manos, con las consecuencias calamitosas en lo social que de ello se deriva.
En este ambiente de libertad, la autoridad ha de merecerse, porque de lo contrario el ciudadano puede retirarla. En consecuencia, el líder debe tener tiempo para ser amplio, ¨pensar más allá del estrecho terreno...¨en el cual se desenvuelva. ¨Los grandes lideres encuentran tiempo para leer, para reunirse con personas que no pertenecen a su círculo, para ir al teatro o para ver películas, es decir, para entrar en otros mundos¨que cambian constantemente.
¨El líder debe amar a las personas¨. El lider requiere de la soledad para pensar porque en sus manos está la suerte de sus dirigidos y ¨pocos darán las gracias al líder cuando las cosas van bien; pero muchos lo culparán si las cosas van mal¨.
Requiere de una gran fuerza de carácter para decidir.
En el libro que nos viene sirviendo de orientación, se hace referencia a las condiciones o requisitos de un líder útil. Son once:
1. Que sea capaz de asumir riesgos.
2. Que sea servidor.
3. Que promueva a los demás.
4. Que sea capaz de dar.
5. Que escuche mucho.
6. Que sea capaz de proporcionar esperanza.
7. Que ame a Dios y por ende, a la dignidad de las personas, ayudandolas, capacitándolas y esté pendiente de ellas.
8. Que cumpla la palabra empeñada.
9. Que busque que las cosas sucedan.
10. Que promueva las diferencias.
11. Y se oriente por valores.
Los lideres son servidores. Y ante los cambios acelerados, más aún.
William Pollard es el autor del ¨líder que es útil¨y sostiene, además de esos requisitos, que ante las incertidumbres, estas constituyen una gran oportunidad para la dirección positiva siempre que quienes han sido capacitados para pensar también lideren.
El lider debe ser un ejemplo.
Warren Wilhelm en su trabajo denominado, ¨Aprender de los antiguos líderes¨, señala otras características de éstos:
1. Valores.
2. Energía personal.
3. Deseo de crecer constantemente.
4. Visión.
5. Curiosidad contagiosa.
6. Buena memoria.
7. Hacer que los seguidores se sientan bien.
8. Empatía.
9. Predecibilidad.
10. Persuasión.
11. Ejemplo personal.
12. Comunicar.
El liderazgo es un trabajo arduo.
Los ¨mejores lideres han sido siempre capaces de ponerse en las mentes y en la situación de los demás¨.
Han sido capaces de entender que ¨más valen dos que uno sólo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Pues si cayere el uno el otro levantará a su compañero; pero ay del sólo que cae que no tiene quien le levante...Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres no es fácil de romper¨. Cita del Eclesiastés 4: 9-12, hecha por C. William Pollard.
Para finalizar diremos con Stephen R. Covey que ¨el líder del futuro¨ y por qué no del presente, ¨será el que cree una cultura o un sistema de valores centrados en los principios¨, en una empresa, en el gobierno, en la escuela, en el hospital, en la ONG, en la familia o en cualquier otra organización. Y lo logrará quien tenga la visión, la valentía y la humildad de aprender y crecer constantemente.
Nota: Consecuente con la razón de ser de Escritos en el Tiempo, elevo al espacio estas notas, escritas el 26 de junio de 1999, que tienen plena vigencia.
Como ciudadano estoy en la obligación de aportar ideas en momentos de cambios inevitables.
Voy a hacerlo en esta oportunidad siguiendo una obra ¨El Líder del Futuro¨de The Drucker Foundation para aplicarla a Venezuela y la descentralización.
El país requiere de líderes que sean capaces de atraer a su servicio personas mejores que el mismo. Lo afirma Carnegie.
Lideres que influyan para que sean impulsadas las organizaciones. Que escuchen más y hablen menos. Que se preocupen por los resultados y no por la popularidad.
El líder que se sepa rodear de lo mejor es inteligente y no un mediocre. Es un líder que cree en sí mismo.
Influir para que las cosas sucedan , significa confiar en que sus colaboradores sean competentes en el ejercicio de sus funciones o de su trabajo. Velar, darle seguimiento al trabajo, y que se haga bien de conformidad con los objetivos de la organización, es decir, de acuerdo con la misión y la visión de ésta.
Escuchar, analizar y resolver, son tres razones para que el líder triunfe. Hablar menos y estar ¨abierto a nuevas ideas¨.
En esta época de cambios asombrosos, final de un milenio y principio de otro, las palabras, según Charles Handy, son ¨adhocracia¨, federalismo, alianzas, equipos, delegación de facultades, espacio, opciones, lo posible y compromiso en vez de obediencia; son palabras claves que fundamentan la descentralización, o la importancia del individuo en la nueva sociedad del conocimiento o sociedad ¨postcapitalista¨, como la llama Peter Drucker.
Sería un olvido inaceptable, si en este punto de la exposición, olvidara, no dijera, que en países como España, Canadá, Alemania, Estados Unidos, por sólo señalar algunos, de profunda descentralización, el individuo es ciudadano con capacitación y excelentes condiciones de vida donde la riqueza circula en forma más justa y equitativa que por estos lares latinoamericanos donde se sigue pensando en distribuir la riqueza sin haberla creado, o lo otro, la existente está cada día que pasa en pocas, muy pocas manos, con las consecuencias calamitosas en lo social que de ello se deriva.
En este ambiente de libertad, la autoridad ha de merecerse, porque de lo contrario el ciudadano puede retirarla. En consecuencia, el líder debe tener tiempo para ser amplio, ¨pensar más allá del estrecho terreno...¨en el cual se desenvuelva. ¨Los grandes lideres encuentran tiempo para leer, para reunirse con personas que no pertenecen a su círculo, para ir al teatro o para ver películas, es decir, para entrar en otros mundos¨que cambian constantemente.
¨El líder debe amar a las personas¨. El lider requiere de la soledad para pensar porque en sus manos está la suerte de sus dirigidos y ¨pocos darán las gracias al líder cuando las cosas van bien; pero muchos lo culparán si las cosas van mal¨.
Requiere de una gran fuerza de carácter para decidir.
En el libro que nos viene sirviendo de orientación, se hace referencia a las condiciones o requisitos de un líder útil. Son once:
1. Que sea capaz de asumir riesgos.
2. Que sea servidor.
3. Que promueva a los demás.
4. Que sea capaz de dar.
5. Que escuche mucho.
6. Que sea capaz de proporcionar esperanza.
7. Que ame a Dios y por ende, a la dignidad de las personas, ayudandolas, capacitándolas y esté pendiente de ellas.
8. Que cumpla la palabra empeñada.
9. Que busque que las cosas sucedan.
10. Que promueva las diferencias.
11. Y se oriente por valores.
Los lideres son servidores. Y ante los cambios acelerados, más aún.
William Pollard es el autor del ¨líder que es útil¨y sostiene, además de esos requisitos, que ante las incertidumbres, estas constituyen una gran oportunidad para la dirección positiva siempre que quienes han sido capacitados para pensar también lideren.
El lider debe ser un ejemplo.
Warren Wilhelm en su trabajo denominado, ¨Aprender de los antiguos líderes¨, señala otras características de éstos:
1. Valores.
2. Energía personal.
3. Deseo de crecer constantemente.
4. Visión.
5. Curiosidad contagiosa.
6. Buena memoria.
7. Hacer que los seguidores se sientan bien.
8. Empatía.
9. Predecibilidad.
10. Persuasión.
11. Ejemplo personal.
12. Comunicar.
El liderazgo es un trabajo arduo.
Los ¨mejores lideres han sido siempre capaces de ponerse en las mentes y en la situación de los demás¨.
Han sido capaces de entender que ¨más valen dos que uno sólo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Pues si cayere el uno el otro levantará a su compañero; pero ay del sólo que cae que no tiene quien le levante...Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres no es fácil de romper¨. Cita del Eclesiastés 4: 9-12, hecha por C. William Pollard.
Para finalizar diremos con Stephen R. Covey que ¨el líder del futuro¨ y por qué no del presente, ¨será el que cree una cultura o un sistema de valores centrados en los principios¨, en una empresa, en el gobierno, en la escuela, en el hospital, en la ONG, en la familia o en cualquier otra organización. Y lo logrará quien tenga la visión, la valentía y la humildad de aprender y crecer constantemente.
Nota: Consecuente con la razón de ser de Escritos en el Tiempo, elevo al espacio estas notas, escritas el 26 de junio de 1999, que tienen plena vigencia.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo