Ya en lo más alto de su país, que parecía ser otro, en un sitio llamado ¨el páramo¨, surgió un diálogo.
Un joven, que tenía la conciencia de su generación, le decía a un hombre de cierta edad, umbral de la vejez, lo siguiente:
Mira llena la aplicación que te está entregando la muchacha.
La tomó.
Rellenó los espacios. Escribió muy poco acerca de sus habilidades. Sólo expresó que, le gustaba trabajar y atender bien a la gente. Que sabía hablar pero sólo en español. Nada más.
La muchacha le expresó rechazo; pero, cosa rara, leyó y le gustó.
Al rato regresó.
¨Tiene el trabajo¨.
Mira que bien quedó el resumé.
El trabajo era en el museo de los jóvenes sordos.
Un joven, que tenía la conciencia de su generación, le decía a un hombre de cierta edad, umbral de la vejez, lo siguiente:
Mira llena la aplicación que te está entregando la muchacha.
La tomó.
Rellenó los espacios. Escribió muy poco acerca de sus habilidades. Sólo expresó que, le gustaba trabajar y atender bien a la gente. Que sabía hablar pero sólo en español. Nada más.
La muchacha le expresó rechazo; pero, cosa rara, leyó y le gustó.
Al rato regresó.
¨Tiene el trabajo¨.
Mira que bien quedó el resumé.
El trabajo era en el museo de los jóvenes sordos.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo