José Antonio Páez nació en Curpa, Estado Portuguesa, el 13 de junio de 1790 y murió en New York, Estados Unidos, el 6 de mayo de 1873.
Hijo de dos naturales de San Felipe, Yaracuy, Juan Victorino Páez y María Violante Herrera.
General en Jefe de la Independencia de Venezuela. Presidente de la República en tres ocasiones.
La figura de Páez domina la escena política venezolana a partir de la batalla de Carabobo, en 1821, hasta el Tratado de Coche, en 1863, cuando termina la Guerra Federal.
En La Calzada, hacienda del rico barinés Manuel Pulido, se hace llanero. Precisamente, en Apure, donde aprendió a domar caballos salvajes, a montar a caballo, a enlazar toros, a nadar.
En el hato Pagüey, también de Pulido, se dedica a la compra y venta de ganado, y fue adquiriendo tierras y ganado, forjando desde ese momento su futura fortuna.
Su vida fue una constante lucha contra la naturaleza, contra los hombres.
En 1829, culmina un proceso, separatista, que se había iniciado con La Cosiata en 1827, y se reune una asamblea en el templo de San Francisco en Caracas, y allí se decidió mayoritariamente la separación definitiva de la Gran Colombia. Páez convocó un Congreso, que se reunió el 6 de mayo de 1830. El 22 de septiembre se firmó la primera Constitución de Venezuela, separada de Colombia.
En marzo de 1831 se instaló el Congreso Constitucional. Páez fue nombrado Presidente Constitucional de Venezuela, convirtiendose, en el Fundador de ésta.
Ya el 26 de octubre de 1929, Páez había convocado a la Creación de la Sociedad Económica de Amigos del País. Lo hacía interpretanto el clima de cansancio, producto de una larga y devastadora guerra, de su gente, que quería el restablecimiento del amor al trabajo, la paz, y el estímulo a tareas ventajosas y productivas, sin dejar de respetar, en ningún momento, a Bolívar, El Libertador.
Quería la población los progresos de la agricultura, artes, oficios, población e instrucción.
Sería como decir que, en estos momentos, los venezolanos desearían descansar de tanta agresividad e irrespeto de Chávez. Sería como decir que se quiere un clima de paz, que produzca la unidad de los venezolanos para sacar avante a este país. Sería como decir que ya basta de Chávez en el poder.
Por supuesto que, a Bolívar se le respetaba, y una prueba de ésto es que Paéz, en una de sus Presidencias, aprobó la repatriación de sus restos para llevarlos a reposar en el Panteón Nacional.
La realidad llevó a hacer patria. Habíase demostrado que la Gran Colombia no era posible en esos momentos, como, incluso hoy, no se ha podido conquistar la Integración Latinoamericana tan necesaria en el mundo globalizado del presente.
Páez tiene méritos en lo cultural. Se hizo un escritor, un músico, creador de letras, industrial, que fue admirado y respetado más allá de las fronteras nacional.
Merecido es que hoy repose en el Panteón Nacional.
Hijo de dos naturales de San Felipe, Yaracuy, Juan Victorino Páez y María Violante Herrera.
General en Jefe de la Independencia de Venezuela. Presidente de la República en tres ocasiones.
La figura de Páez domina la escena política venezolana a partir de la batalla de Carabobo, en 1821, hasta el Tratado de Coche, en 1863, cuando termina la Guerra Federal.
En La Calzada, hacienda del rico barinés Manuel Pulido, se hace llanero. Precisamente, en Apure, donde aprendió a domar caballos salvajes, a montar a caballo, a enlazar toros, a nadar.
En el hato Pagüey, también de Pulido, se dedica a la compra y venta de ganado, y fue adquiriendo tierras y ganado, forjando desde ese momento su futura fortuna.
Su vida fue una constante lucha contra la naturaleza, contra los hombres.
En 1829, culmina un proceso, separatista, que se había iniciado con La Cosiata en 1827, y se reune una asamblea en el templo de San Francisco en Caracas, y allí se decidió mayoritariamente la separación definitiva de la Gran Colombia. Páez convocó un Congreso, que se reunió el 6 de mayo de 1830. El 22 de septiembre se firmó la primera Constitución de Venezuela, separada de Colombia.
En marzo de 1831 se instaló el Congreso Constitucional. Páez fue nombrado Presidente Constitucional de Venezuela, convirtiendose, en el Fundador de ésta.
Ya el 26 de octubre de 1929, Páez había convocado a la Creación de la Sociedad Económica de Amigos del País. Lo hacía interpretanto el clima de cansancio, producto de una larga y devastadora guerra, de su gente, que quería el restablecimiento del amor al trabajo, la paz, y el estímulo a tareas ventajosas y productivas, sin dejar de respetar, en ningún momento, a Bolívar, El Libertador.
Quería la población los progresos de la agricultura, artes, oficios, población e instrucción.
Sería como decir que, en estos momentos, los venezolanos desearían descansar de tanta agresividad e irrespeto de Chávez. Sería como decir que se quiere un clima de paz, que produzca la unidad de los venezolanos para sacar avante a este país. Sería como decir que ya basta de Chávez en el poder.
Por supuesto que, a Bolívar se le respetaba, y una prueba de ésto es que Paéz, en una de sus Presidencias, aprobó la repatriación de sus restos para llevarlos a reposar en el Panteón Nacional.
La realidad llevó a hacer patria. Habíase demostrado que la Gran Colombia no era posible en esos momentos, como, incluso hoy, no se ha podido conquistar la Integración Latinoamericana tan necesaria en el mundo globalizado del presente.
Páez tiene méritos en lo cultural. Se hizo un escritor, un músico, creador de letras, industrial, que fue admirado y respetado más allá de las fronteras nacional.
Merecido es que hoy repose en el Panteón Nacional.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo