Por qué pasa lo que pasa?

El título de estas notas correponde al nombre del programa que conduce Iraida Villasmil a través del canal de Televisión Global TV.
Comienzo por decir que Iraida Villasmil es una destacada mujer joven, tanto como abogada como luchadora social. Ella representa una nueva generación con inquietudes y procupaciones por la región, por lo que pasa en Venezuela y en el mundo.
Pues bien, atendiendo a una gentil invitación de élla, acudi al programa en el día de hoy a una entrevista.
El tema era la propiedad privada y la expropiación.
Iraida me hizo una excelente presentación.
Lo hizo destacando que fui Juez Agrario en el Zulia por 20 años, gremialista, columnista de diversos diarios y luchador social.
Como Juez de Tierras que fuera, donde atendí casos en contra de la propiedad y de expropiación, la presentadora se refirió al Doctor Rafael Inciarte Bracho como especialista en esos temas.
Iraida inició el programa a las 6 p.m. aludiendo a un titular del diario 2001, en el cual, el cardenal Jorge Urosa Sabino hizo un llamado a superar la violencia a través del diálogo entre todos los sectores.
Yo agradecí la invitación de la distinguida dama, y comenzé llamando a la Unidad de todos los venezolanos para lograr vencer la violencia, contando para ello con un instrumento fundamental: el diálogo.
Es urgente la paz en Venezuela.
Tocamos el tema de la confrontación de culturas: la occidental y la islámica. Incluso, sostuvimos que el mundo esta complicado y hay quienes afirman que la tercera guerra mundial ya se inició.
Los valores que se quieren destruir son la libertad, la propiedad, igualdad ante la ley de todos los ciudadanos y la seguridad individual
Esos valores constituyen el bastión de la cultura occidental que tanto le ha costado a la humanidad conquistar.
Esos valores, son de derecho natural y por tanto imprescriptibles. Están consagrados en la Declaración Universal de Derechos del Hombre y del Ciudadano, fundamentos de la Revolución francesa inspirados en el Acta de Independencia de los EEUU.
Hice hincapié de que hay que respetar la propiedad privada. Que la solución, la única para la convivencia, es el respeto al Estado de Derecho y a la independencia del poder judicial.
Informé a la audiencia que el artículo 115 de la Constitución vigente contempla la garantía de la propiedad. Que en esta disposición se estatuye que ésta solo puede ser expropiada previa sentencia y pago de justa indemnización.
Se me preguntó por la situación de los ganaderos del Zulia, y manifesté que son unos héroes que han sido capaces de producir alimentos en un ambiente que no garantiza la vida de ellos, donde no se respeta la propiedad, donde campea la inseguridad jurídica de personas y de bienes.
Me referí a los asesinatos que ocurren en Venezuela y como la más alta autoridad civil se rasga las vestiduras por el asesinato lamentable de una médico cubana y no lo hace por los miles de muertos que han ocurrido en este gobierno.
Me pronuncié por la propiedad plena.
Dije que sueño por una sociedad de propietarios pero de verdaderos propietarios. Hablé de El otro sendero de Hernando de Soto que dando la propiedad a todos se garantiza una sociedad de hombres y mujeres que pueden vender, hipotecar, en una palabra, de disponer de su propiedad.
Afirmé, categóricamente, que los venezolanos son amigos, en su mayoría, de los Estados Unidos. Nuestro principal cliente y socio. Me pronuncié en contra del antinorteamericanismo.
Al final del programa se me instó a decir un mensaje.
Este fue dicho mensaje.
Hay que tener esperanza. Creer en la justicia. Pero si la propiedad privada no se respeta habrá más violencia.
Toqué brevemente el tema de la expropiación. Dije que está consagrada en casí todas las constituciones de la los países occidentales. Pero que para su procedencia debe haber una razón de utilidad pública expresada en una sentencia y el pago de una justa indemnización.
La inclemencia del tiempo en TV no nos permitió ser más explicitos, sin embargo, expresé que las soluciones pasan por la construcción de viviendas y crreación de fuentes de trabajo.
Gracias Iraida por tu excelente gesto al invitarme. Pude dirigirme al pueblo zuliano.