Conocí a Fernando Rincón recién ambos salíamos de la niñez.
Eran los días del furor de la gaita en Maracaibo.
Triunfaba Rincón Morales con el repique de Parrita, que, revolucionó a la máxima expresión musical del Zulia.
El machorro, como se le conocía a Francisco Morales, cantaba, con una gracia inigualable y tocando el cuatro, el tartamudo.
Tatatareando la parranda
ha llegado el tartamudo
con la lengua hecha un nudo
y a beber como Dios manda
la pa parrandas las agranda
y pa pal ron es un embudo
Constituía el estribillo de esa graciosa gaita.
En esos momentos, Rincón Morales mandaba en ese arte popular.
Le empezaban a roncar otros conjuntos, iguales o mejores, como Cardenales del Exito, Saladillo, Los Tigres, San Isidro, entre otros.
En cada barrio habían conjuntos gaiteros.
Se celebraban concursos.
Recuerdo que una gaita, inmortal, llamada La Campeona, de Moisés Martinez, recibió ese nombre porque arrasó con todos los concursos.
Repito que Fernando y quien escribe eramos casi niños.
Fernando Rincón se la pasaba cantando con una extraordinaria voz. A capela, parecía un Sadel.
Sostengo que si él hubiera estudiado canto, con toda seguridad hubiera sido un tenor; pero la pobreza no daba para esos lujos en la popular urbanización donde nos criamos.
Empezó a cantar en algunos conjuntos de Sabaneta..., entre elos, Los Brillantes, Los Sandungueros, Los Tigres...hasta que un día, su tio, el Negro Rincón, lo llamó para formar parte del ya consagrado y famoso conjunto Rincón Morales.
Se destacó.
Luego surgió un nuevo espacio dentro del popular ritmo: La Gaita Romántica.
Su creador, el compositor Lenin Pulgar, le escribió para el estilo de su voz, y allí nació: El Romántico de la Gaita.
Esta semana se ha ido de este mundo.
Y lo que es la ironía del destino. El año pasado grabó una gaita, no radiada, titulada Cuando doblen las campanas, cuyo estribillo dice:
¨Cuando doblen las campanas
anunciando mi partida,
te habré dejado mi vida,
mis hijos, mis madrugadas.
Por mi yo reencarnaría
y retomaría mi diario,
mi pluma, mis utopías
y mi amor por Maracaibo.¨
Y lo despido, recordando, una de sus mejores interpretaciones.
¨Tierra querida,
todo lo tienes todo lo das,
es quien te vive,
quien te trabaja un hijo más,
fuiste del blanco, eres del negro, la del goagiro,
bello suspiro de amante madre,
que hace hermandad,
que hace hermandad.
Eran los días del furor de la gaita en Maracaibo.
Triunfaba Rincón Morales con el repique de Parrita, que, revolucionó a la máxima expresión musical del Zulia.
El machorro, como se le conocía a Francisco Morales, cantaba, con una gracia inigualable y tocando el cuatro, el tartamudo.
Tatatareando la parranda
ha llegado el tartamudo
con la lengua hecha un nudo
y a beber como Dios manda
la pa parrandas las agranda
y pa pal ron es un embudo
Constituía el estribillo de esa graciosa gaita.
En esos momentos, Rincón Morales mandaba en ese arte popular.
Le empezaban a roncar otros conjuntos, iguales o mejores, como Cardenales del Exito, Saladillo, Los Tigres, San Isidro, entre otros.
En cada barrio habían conjuntos gaiteros.
Se celebraban concursos.
Recuerdo que una gaita, inmortal, llamada La Campeona, de Moisés Martinez, recibió ese nombre porque arrasó con todos los concursos.
Repito que Fernando y quien escribe eramos casi niños.
Fernando Rincón se la pasaba cantando con una extraordinaria voz. A capela, parecía un Sadel.
Sostengo que si él hubiera estudiado canto, con toda seguridad hubiera sido un tenor; pero la pobreza no daba para esos lujos en la popular urbanización donde nos criamos.
Empezó a cantar en algunos conjuntos de Sabaneta..., entre elos, Los Brillantes, Los Sandungueros, Los Tigres...hasta que un día, su tio, el Negro Rincón, lo llamó para formar parte del ya consagrado y famoso conjunto Rincón Morales.
Se destacó.
Luego surgió un nuevo espacio dentro del popular ritmo: La Gaita Romántica.
Su creador, el compositor Lenin Pulgar, le escribió para el estilo de su voz, y allí nació: El Romántico de la Gaita.
Esta semana se ha ido de este mundo.
Y lo que es la ironía del destino. El año pasado grabó una gaita, no radiada, titulada Cuando doblen las campanas, cuyo estribillo dice:
¨Cuando doblen las campanas
anunciando mi partida,
te habré dejado mi vida,
mis hijos, mis madrugadas.
Por mi yo reencarnaría
y retomaría mi diario,
mi pluma, mis utopías
y mi amor por Maracaibo.¨
Y lo despido, recordando, una de sus mejores interpretaciones.
¨Tierra querida,
todo lo tienes todo lo das,
es quien te vive,
quien te trabaja un hijo más,
fuiste del blanco, eres del negro, la del goagiro,
bello suspiro de amante madre,
que hace hermandad,
que hace hermandad.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo