En la mañana vamos con unos sobrinos a desayunar.
Deliciosas panquecas con eggs, además de café, jugo de naranja, crema y miel. Excelente, ameno, resultó el momento.
Los sobrinos nos hacían una atención, ya pronto como estaba, su regreso a Maracaibo.
Fueron durante estos días nuestros huéspedes.
Por nuestra difícil situación económica quizas no les atendimos mejor como mi esposa y quien escribe deseabamos.
Pues bien, después de concluido el breakfast, quedamos en vernos en el austero apartamento donde vivimos.
Nos fuimos a hacer varias diligencias. No pudimos hacerlas todas por el agobiante calor y por estar, tanto mi esposa como yo, con tos, malestar, quizas producto de las variaciones climáticas en Miami, que ya se libró de una tormenta, que amenazó con convertirse en huracán, el Alberto.
Cuando estabamos en Western Union, recibiendo una transferencia que nos envió nuestra hija de Noruega, muy modesta, pero llena de cariño, amor, y de ganas de poder darnos más, viene mi esposa, mi consecuente mujer de toda la vida, y me da un ticket de la Lottery de Florida.
Ella viene y me dice que había hecho un lotto sin decirmelo, a escondidas mías.
Cuando llegamos al apartamento, ya estaban los sobrinos, y voy a la computadora, busco los resultados...y que alegría. Bueno, emociones indescriptibles experimenté.
Llamé a pleno pulmón...
Lérida, nos sacamos el lotto.
Ella miró el resultado. Lo comprobó.
Los sobrinos vieron el resultado en El Nuevo Herald y en la página web de la Lottery of Florida.
Coincidencia total.
Mi esposa, brincó, se arrodilló, dióle gracias a Dios, llamó a los hijos en Venezuela que sufren la situación económica deplorable y preocupante que se vive en el país.
Los hijos recibieron la noticia.
Llamadas y más llamadas.
Rafael, el hijo mayor, abogado, me dijo:
Mañana estoy arrancando para Miami.
Yo le dije a los sobrinos:
Por qué no se quedan. Miren el sol sale para todos. Bárbara tendrá su educación bien asegurada.
Rafito, como me llaman, me dijo, dice Lérida, muy emocionada:
Soñé que me saqué el lotto. Felicitame.
Gracias a Dios.
Yo abrazé a mi mujer, la madre de mis hijos, y le dije, los dos siempre juntos y palante.
No digan nada. Cuidado. Cuidense de un secuestro. Digan que son loqueras de Maíta y Paíto.
Nos decíamos.
Mantendremos nuestra sencillez. Nuestro carrito será el mismo; pero, le daremos a los nietos la mejor educación posible; mejoraremos a nuestra sufrida empresa en Maracaibo...
Que de cosas positivas afloraron.
Nos fuimos al banco.
La idea?
Cobrar con la más absoluta discreción.
En el banco nos dijeron que teníamos que ir a las oficinas de la Lottery. Que allí nos indicarían todo el procedimiento a seguir.
Y cuando ibamos a esa oficina...mirá, Rafito, qué hicistes con el papelito?
Cuál?
El que te dí. Me dijo mi esposa.
Este es el que me diste. El ticket.
Inmediatamente, observé, que decía:
ALL
WINNING NUMBERS
NUMEROS PREMIADOS EN TODOS
INFORMACION ONLY
NOT FOR SALE
Eran los resultados.
Lérida, en otra ocasión será...
Mis pobres hijos, dijo una madre.
Mis pobre hijos, dijo un padre.
Todo se derrumbó.
Todo en el Día que me saqué el lotto... y no me lo saqué.
Y como siempre digo.
Sigo en lista de espera y en cualquier momento me lo sacaré.
Entretanto, Lérida sigue en Sears, y yo esperando que me llegue un cliente para orientarlo en asuntos de inmigración, porque la empresita y el negocio de Mari Kay no han despegado el vuelo.
Dios proveerá en su momento.
Deliciosas panquecas con eggs, además de café, jugo de naranja, crema y miel. Excelente, ameno, resultó el momento.
Los sobrinos nos hacían una atención, ya pronto como estaba, su regreso a Maracaibo.
Fueron durante estos días nuestros huéspedes.
Por nuestra difícil situación económica quizas no les atendimos mejor como mi esposa y quien escribe deseabamos.
Pues bien, después de concluido el breakfast, quedamos en vernos en el austero apartamento donde vivimos.
Nos fuimos a hacer varias diligencias. No pudimos hacerlas todas por el agobiante calor y por estar, tanto mi esposa como yo, con tos, malestar, quizas producto de las variaciones climáticas en Miami, que ya se libró de una tormenta, que amenazó con convertirse en huracán, el Alberto.
Cuando estabamos en Western Union, recibiendo una transferencia que nos envió nuestra hija de Noruega, muy modesta, pero llena de cariño, amor, y de ganas de poder darnos más, viene mi esposa, mi consecuente mujer de toda la vida, y me da un ticket de la Lottery de Florida.
Ella viene y me dice que había hecho un lotto sin decirmelo, a escondidas mías.
Cuando llegamos al apartamento, ya estaban los sobrinos, y voy a la computadora, busco los resultados...y que alegría. Bueno, emociones indescriptibles experimenté.
Llamé a pleno pulmón...
Lérida, nos sacamos el lotto.
Ella miró el resultado. Lo comprobó.
Los sobrinos vieron el resultado en El Nuevo Herald y en la página web de la Lottery of Florida.
Coincidencia total.
Mi esposa, brincó, se arrodilló, dióle gracias a Dios, llamó a los hijos en Venezuela que sufren la situación económica deplorable y preocupante que se vive en el país.
Los hijos recibieron la noticia.
Llamadas y más llamadas.
Rafael, el hijo mayor, abogado, me dijo:
Mañana estoy arrancando para Miami.
Yo le dije a los sobrinos:
Por qué no se quedan. Miren el sol sale para todos. Bárbara tendrá su educación bien asegurada.
Rafito, como me llaman, me dijo, dice Lérida, muy emocionada:
Soñé que me saqué el lotto. Felicitame.
Gracias a Dios.
Yo abrazé a mi mujer, la madre de mis hijos, y le dije, los dos siempre juntos y palante.
No digan nada. Cuidado. Cuidense de un secuestro. Digan que son loqueras de Maíta y Paíto.
Nos decíamos.
Mantendremos nuestra sencillez. Nuestro carrito será el mismo; pero, le daremos a los nietos la mejor educación posible; mejoraremos a nuestra sufrida empresa en Maracaibo...
Que de cosas positivas afloraron.
Nos fuimos al banco.
La idea?
Cobrar con la más absoluta discreción.
En el banco nos dijeron que teníamos que ir a las oficinas de la Lottery. Que allí nos indicarían todo el procedimiento a seguir.
Y cuando ibamos a esa oficina...mirá, Rafito, qué hicistes con el papelito?
Cuál?
El que te dí. Me dijo mi esposa.
Este es el que me diste. El ticket.
Inmediatamente, observé, que decía:
ALL
WINNING NUMBERS
NUMEROS PREMIADOS EN TODOS
INFORMACION ONLY
NOT FOR SALE
Eran los resultados.
Lérida, en otra ocasión será...
Mis pobres hijos, dijo una madre.
Mis pobre hijos, dijo un padre.
Todo se derrumbó.
Todo en el Día que me saqué el lotto... y no me lo saqué.
Y como siempre digo.
Sigo en lista de espera y en cualquier momento me lo sacaré.
Entretanto, Lérida sigue en Sears, y yo esperando que me llegue un cliente para orientarlo en asuntos de inmigración, porque la empresita y el negocio de Mari Kay no han despegado el vuelo.
Dios proveerá en su momento.
Todos cuando nos proponemos de verdad con el corazon, con la conviccion y el espiritu de triunfo, sin importar la edad, solo las ganas de ganar y de levantarnos en busca de la tan ansiada prosperidad, alli en ese momento, puedes ver realmente a tu alrrededor y decir a viva voz de verdad me gane el lotto, el verdadero, el lotto de la vida, de un nuevo comienzo en un duro pais donde a pesar de todo y todos se puede, intentarlo no cuesta nada, mucha suerte en la busqueda del tan ansiado lotto....
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