viernes, 9 de junio de 2006

Gobierno y manera de tomar decisiones

Gobierno, cómo se ejerce? cómo se deben tomar las decisiones? lo deben conformar gente mayor? mayor de qué edad? y los jóvenes?
Pienso que en cuanto a la conformación debería haber una combinación de viejos, entre setenta o más años; de gente entre cuarenta y sesenta años; y, de personas entre 25 a 40 años de edad.
Quiero dejar claro que, la edad no debe ser una limitante para el ejercicio del gobierno.
Gobierno no debe verse, únicamente, como el propiamente dicho, asociado a la idea de dirigir a un país, o una ciudad, o una localidad. La idea va más allá.
Se trata de gobierno de si mismo; de gobierno de los demás; de gobierno en instituciones, como, por ejemplo, iglesias, o en empresas privadas.
Creo que el gobierno más difíci de ejercer es el de uno mismo. Supone control o autocontrol. Implica dominio de emociones.
Y por qué trato este tema?
Bueno, porque se me ocurrió. Por algo ha debido ser.
El gobierno como la vida en general, o en cualquier institución o empresa, lleva a la toma de decisiones. Nada fácil. Por qué? Por sus efectos.
Una manera de tomar decisiones.
Actuar sin prisa pero sin pausa.
Obtener mucha información.
Estudiarla con exhaustividad.
Dialogar. Escuchar opiniones.
Luego dirigirse al interior de uno mismo. En silencio, ver qué dice éste.
Si somos creyentes, por ejemplo católico, invocar a Dios, orar; implorar la presencia del Espíritu Santo.
Tener paciencia. Mucha paciencia.
Observar.
Dejar correr un poco la situación porque puede ocurrir que ésta se resuelva sóla. No pocas veces ocurre.
Y después de mucho estudio, resolver.
Por eso pienso en la conformación del gobierno en la forma ya antes indicada. Mirar mucho al viejo. Seguir lo que del viejo dice Ernesto Sábato, gran escritor argentino, quien dice: ¨El viejo no argumenta, él es testigo de la vida. Su testimonio es esa vida que uno ve en él, entre sus arrugas y su andar agachado.¨
Parece que, en asuntos de gobierno, la paciencia es mucho más aconsejable o indicada que la prisa. El dirigente no puede perderla.
En momentos de dificultades, donde tomar decisiones puede traer graves repercuciones, se impone la forma de proceder que he venido planteando. Jamás es buena la desesperación.
Entre más grande sea la responsabilidad, más debemos proceder de esta manera. Es tiempo de mucha reflexión para actuar.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo