Es una paradoja que en momentos como los tiempos del presente, caracterizados por avances tecnológicos avanzados, todavía exista la cultura del secretismo en logias,sectas, cofradías, partidos políticos, empresas, en gobiernos, por sólo señalar algunas instituciones y sin dejar de referirme a las relaciones humanas en general, que, se queja de soledad y, por supuesto, de falta de contacto humano. Y que conste que no es sólo en países desarrollados donde esta queja se hace cada día más grave.
El secreto no es privativo de sociedades cerradas. Existe también, quizas menos, en las llamadas sociedades abiertas o libres, o para decirlo de otra manera, en dictaduras y en democracia.
El secreto se expresa en los medios de comunicación social de todos los países, y aqui toco nada más a los del mundo occidental, y no quiero ser radical, para darle entrada a las probables y seguras excepciones.
He pensado más de una vez, que para qué leer varios o muchos periódicos, si todos, mutatis mutandi, dicen o informan lo mismo. Basta ojearlo con ligera atención y curiosidad detenida para poder constatar lo afirmado. No quiero poner ejemplos porque prefiero más bien que sea el lector el que lo haga y lo compruebe.
Cuando uno lee las mismas noticias pareciera que nada ocurriera distinto en el mundo. Y seguro estoy que no es así así se pretenda lo contrario. Y que decir de los medios de opinión. Siempre opinan los mismos. Es la generalidad, y nuevamente hago una invitación. Sintonicen un programa de opinión y verán o escucharán siempre o casi siempre a los mismos entrevistados.
¿ Cuál es el fin? ¿ Qué se pretende? ¿ Estructurar un pensamiento único? ¿ Demostrar que la inteligencia es de pocos? ¿ O qué?
Retomando el hilo ¿ qué decir de los medios de China o de Cuba?, por indicar algunos ejemplos de dictaduras que hasta encuentran aliados en eso de ser más cerrados e impedir la libertad de expresión. Por cierto, en Venezuela, que anda entre lo cerrado y lo abierto, o entre dictadura o democracia, la libertad de expresión ha sido fuertemente agredida al impedir informar sobre el testigo ¨estrella¨en el caso Anderson, golpea a los medios, esos, que no escapan a lo que vengo desarrollando en estas notas.
Es inaudito, incompatible, el secreto, la incomunicación. o la presunta limitación de informaciones en la era de las comunicaciones avanzadas.
Pero leamos algunas opiniones al respecto.
Kant, citado por Bobbio, sostiene que ¨todas las acciones relativas al derecho de otros hombres cuya máxima no es susceptible de publicidad son injustas¨. Bobbio habla de ¨estrecho maridaje del poder con el secreto¨. Y Cebrián, quien los cita en su obra El fundamentalismo democrático, afirma que no obstante la civilización del espectáculo, a la que yo le agregaría que gobernar? es hacerlo con micrófono y tv, ¨el poder padece una obsesión casi enfermiza por la oscuridad y el misterio¨.
El secreto es contrario a la gobernanza actual y moderna, no sólo en lo público sino en lo privado; es contrario a la democracia, a la justicia y a la equidad.
Y finalizo con otra cita de Cebrián: ¨pese a la sobreabundancia de medios de información, el derecho de la gente a saber es uno de los menos protegidos y respetados, por lo que los líderes sociales se ven necesitados de transmitir su preocupación al respecto, cuando menos aparente¨.
El secreto no es privativo de sociedades cerradas. Existe también, quizas menos, en las llamadas sociedades abiertas o libres, o para decirlo de otra manera, en dictaduras y en democracia.
El secreto se expresa en los medios de comunicación social de todos los países, y aqui toco nada más a los del mundo occidental, y no quiero ser radical, para darle entrada a las probables y seguras excepciones.
He pensado más de una vez, que para qué leer varios o muchos periódicos, si todos, mutatis mutandi, dicen o informan lo mismo. Basta ojearlo con ligera atención y curiosidad detenida para poder constatar lo afirmado. No quiero poner ejemplos porque prefiero más bien que sea el lector el que lo haga y lo compruebe.
Cuando uno lee las mismas noticias pareciera que nada ocurriera distinto en el mundo. Y seguro estoy que no es así así se pretenda lo contrario. Y que decir de los medios de opinión. Siempre opinan los mismos. Es la generalidad, y nuevamente hago una invitación. Sintonicen un programa de opinión y verán o escucharán siempre o casi siempre a los mismos entrevistados.
¿ Cuál es el fin? ¿ Qué se pretende? ¿ Estructurar un pensamiento único? ¿ Demostrar que la inteligencia es de pocos? ¿ O qué?
Retomando el hilo ¿ qué decir de los medios de China o de Cuba?, por indicar algunos ejemplos de dictaduras que hasta encuentran aliados en eso de ser más cerrados e impedir la libertad de expresión. Por cierto, en Venezuela, que anda entre lo cerrado y lo abierto, o entre dictadura o democracia, la libertad de expresión ha sido fuertemente agredida al impedir informar sobre el testigo ¨estrella¨en el caso Anderson, golpea a los medios, esos, que no escapan a lo que vengo desarrollando en estas notas.
Es inaudito, incompatible, el secreto, la incomunicación. o la presunta limitación de informaciones en la era de las comunicaciones avanzadas.
Pero leamos algunas opiniones al respecto.
Kant, citado por Bobbio, sostiene que ¨todas las acciones relativas al derecho de otros hombres cuya máxima no es susceptible de publicidad son injustas¨. Bobbio habla de ¨estrecho maridaje del poder con el secreto¨. Y Cebrián, quien los cita en su obra El fundamentalismo democrático, afirma que no obstante la civilización del espectáculo, a la que yo le agregaría que gobernar? es hacerlo con micrófono y tv, ¨el poder padece una obsesión casi enfermiza por la oscuridad y el misterio¨.
El secreto es contrario a la gobernanza actual y moderna, no sólo en lo público sino en lo privado; es contrario a la democracia, a la justicia y a la equidad.
Y finalizo con otra cita de Cebrián: ¨pese a la sobreabundancia de medios de información, el derecho de la gente a saber es uno de los menos protegidos y respetados, por lo que los líderes sociales se ven necesitados de transmitir su preocupación al respecto, cuando menos aparente¨.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo