Cuando el 15 de mayo de 1891, el Papa León XIII pone en
vigencia la Carta Magna de la Iglesia en cuestiones sociales, se planteó, en
dicha Encíclica, que, la problemática dantesca de los obreros, era de solución
urgente. Ese planteamiento poco fue atendido porque no pasó mucho tiempo cuando
se produjeron las dos guerras mundiales con sus consecuencias de sangre,
lágrimas y dolor de los pueblos en pugna, donde más de cien millones de seres
humanos perdieron la vida. El totalitarismo nazi-fascista llevó la batuta con
el holocausto que mató a millones de judíos, por razones racistas, y los
trabajadores fueron esclavizados. La URSS, con Stalin a la cabeza, después de
la segunda de esas guerras, la más espantosa y cruel, con el socialismo real
(comunismo) como sustento, asesinó a millones de seres y los campos de
concentración emulaban los nazistas o hitlerianos. La producción económica se
mantenía con la esclavitud de los proletarios.
La situación actual es de exclusión. La brecha entre ricos y
pobres es alarmante y crece cada día.
Rerum Novarum nacía para condenar el socialismo porque negaba
la propiedad privada y apelaba a la lucha de clases, excitando a los pobres a
odiar a los ricos; condenaba, también, al capitalismo liberal al que atribuía
la responsabilidad de la “cuestión obrera”.
Ahora ocurre que, la alianza capitalismo-socialismo,
fascista, es el modelo político y económico para mantener esa brecha que
permite ganancias obscenas con trabajadores manuales e intelectuales mal
pagados, sin sindicatos, sin asociaciones en su defensa, sin seguridad social,
Y lo más grave, se funda en lo palabrero en el socialismo, en una supuesta
igualdad, generando pobreza y más pobreza, barrios paupérrimos, sin salubridad,
semilleros de delincuencia.
Ya es inaguantable la brecha. Se habla de la cercanía de la
tercera guerra mundial, que sería la aniquilación o exterminio de la humanidad
sobre la faz de la tierra.
Sigue vigente la Carta de León XIII, documento
básico de la Doctrina Social de la Iglesia. Quien tenga la osadía de negarlo
vive “bien” y no sabe lo efímero de su riqueza que, no pocas veces, tiene un origen
basado en la corrupción, en los delitos e injusticias, generadores de malestar
social.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo