El orden social venezolano requiere ser restaurado y las
obras – muchas de ellas – construirlas de nuevo.
En el orden social, el país clama por instituciones que
funcionen. En primer lugar, los poderes,
que deben cumplir con el principio de Montesquieu en el Espíritu de las leyes:
la separación e independencia de los poderes. Entre éstos puede y debe haber
interdependencia pero no dependencia. Es el empeño de hombres causa de su
funcionabilidad.
La lectura de encíclicas, dentro del estudio de la Doctrina
Social de la Iglesia, como Quadragesimo Anno, publicada el 15 de mayo de 1931,
para conmemorar los 40 años de la Rerum Novarum, que poco movilizó la conciencia de los
hombres, no obstante sus publicaciones y estudios, me lleva a reflexionar sobre
el caso Venezuela que, según entendidos, es el primer Estado petrolero
arruinado. ¡Insólito!
La restauración social fue el propósito central de la encíclica
de S.S. Pío XI. Y, el cambio que se produzca en nuestra patria, pasa por esa
restauración. Será obra de psicólogos sociales, sociólogos, psiquiatras,
religiosos, teólogos, políticos, abogados, empresarios, para recuperar el
prestigio venezolano, la convivencia social, la reconciliación, el perdón, la
justicia, la moral, la ética, la libertad, la economía… todo el entramado
social. No será fácil pero no imposible su recuperación.
Respeto al derecho de
propiedad y su función social, no a la lucha de clases, educación de
calidad, formación técnica a obreros y campesinos, fortalecer las asociaciones
profesionales, los sindicatos, los partidos políticos, darle dignidad al
salario y al trabajo, no a la acumulación de riquezas en pocos, que tantos
conflictos genera, justa distribución de la riqueza… todo dirigido a la
reconciliación entre los venezolanos.
No al comunismo porque elimina la propiedad y estimula la
lucha de clases. No al socialismo y habrá que pensar muy bien en el modelo
político económico y social venezolano a poner en práctica. ¡Ojo! Con eso de
socialismo bueno y socialismo malo, ambos no están acordes con la Doctrina
Social de la Iglesia; ni está conforme con ésta ese capitalismo que estimula
también la lucha de clases, causa de guerras, de crisis financieras y
económicas y de desigualdades hirientes e inmorales. No a un estatismo
exacerbado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo