Recordar es volver a vivir el pasado. Sacando cuánto positivo nos haya dejado no obstante sus alegrías y tristezas. Ello implica no detenerse en él y robustecer el presente con sus enseñanzas.
Generalmente, recordar es triste, y si es domingo por la tarde, cuando ya empieza a llegar la noche, la tristeza es mayor. Y que conste, no soy el único que ha tocado el tema.
Yo viví esa tristeza un domingo en la noche y me marcó por siempre. Me enseño a vivir permanentemente en dificultades; pero éstas me han hecho fuerte. Me han enseñado que la vida es lucha, constancia, perseverancia, y no dejarse vencer nunca. Y es eso lo positivo, porque lo fácil destruye. Los venezolanos podríamos dar clases al respecto. Es probable que hoy aprendamos mucho de las dolorosas circunstancias sociales, económicas y políticas actuales.
Pero vamos con la alegría resultante de hechos del pasado. Cuando mi esposa, esa gran mujer compañera de mi vida, mis hijos y quien escribe, salíamos por toda Venezuela a recorrerla, la disfrutábamos. Lo hacíamos en puentes y vacaciones. Mérida, Trujillo, Táchira, Valencia, Maracay, Caracas, Margarita, formaron parte de nuestros viajes, que siempre fueron dentro del país; país de una belleza sin comparación: ríos, lagos, mar, montañas, frío, calor, cascadas, picos nevados, nieve, de todo. Música, gastronomía, folklore, la calidez de su gente, la preciosidad de sus mujeres: todo un paraíso.
Nunca salimos al exterior. Mi criterio era enseñarle a los hijos a conocer primero a Venezuela y a amarle por encima de todas las cosas. Inculcarles el amor a la patria. Eran tiempos de paz, alegría y tolerancia. Las diferencias no impedía las buenas relaciones sociales. Era admirable el igualatarismo entre los venezolanos. Se recibía al extranjero con hospitalidad y amabilidad. Teníamos valores de exportación como el de la convivencia. Valores que no cuidamos con celo. El venezolano no emigraba.
Retomando el hilo. Cuando retornábamos de esos viajes, siempre en domingo, a Maracaibo, mi bella ciudad natal, la alegría se encendía nuevamente cuando sintonizábamos a la tradicional emisora Radio Popular.
Se encargaba de esa alegría, Humberto García, con su programa Mi Vieja Discoteca.
Y si no salíamos en domingo. a las doce del mediodía, ya estaba al frente del radio...y que alegría. Lo escuchaba totalmente. Y si estaba mi tía América, a bailar... Ella era una gran bailarina. La llevo en mi alma. Fue una gran mujer.
Desfilaban figuras del ayer, de hoy y de siempre. Libertad Lamarque, Bienvenido Granda, Daniel Santos, Barbarito Diez, Alfredo Sadel, Rafael Muñoz, La Sonora Matancera, Conjunto Casino, Billos, Felipe Pirela, Cheo García, Manolo Monterrey, Luis Alfonzo Larrain, Celia Cruz, Trío Matamoros, Beny Moré, Tito Rodríguez...y la lista sigue. Es interminable.
Esa alegría inundaba a los barrios de Maracaibo. La fiesta era contagiante...pero... un día, Humberto se fue...La ciudad quedó con la tristeza del domingo por la tarde. Los barrios marabinos lloraron su ausencia. Humberto emigró, como lo han hecho , y siguen haciendo, miles y miles de venezolanos, y también, Mi Vieja Discoteca.
Hoy que estoy residenciado en Miami , nuevamente el domingo por la tarde es alegría. Porque aquí, en la Florida, en La Poderosa, 670 am, también por internet, me he encontrado a...Miiii Vieja Discoteca. Siempre recordando a Maracaibo.
Seguro que este domingo Humberto García estará luciéndose, como homenaje a todas las Madres, y lo engalanará con toda su alegria, con su Mi Vieja Discoteca.
Generalmente, recordar es triste, y si es domingo por la tarde, cuando ya empieza a llegar la noche, la tristeza es mayor. Y que conste, no soy el único que ha tocado el tema.
Yo viví esa tristeza un domingo en la noche y me marcó por siempre. Me enseño a vivir permanentemente en dificultades; pero éstas me han hecho fuerte. Me han enseñado que la vida es lucha, constancia, perseverancia, y no dejarse vencer nunca. Y es eso lo positivo, porque lo fácil destruye. Los venezolanos podríamos dar clases al respecto. Es probable que hoy aprendamos mucho de las dolorosas circunstancias sociales, económicas y políticas actuales.
Pero vamos con la alegría resultante de hechos del pasado. Cuando mi esposa, esa gran mujer compañera de mi vida, mis hijos y quien escribe, salíamos por toda Venezuela a recorrerla, la disfrutábamos. Lo hacíamos en puentes y vacaciones. Mérida, Trujillo, Táchira, Valencia, Maracay, Caracas, Margarita, formaron parte de nuestros viajes, que siempre fueron dentro del país; país de una belleza sin comparación: ríos, lagos, mar, montañas, frío, calor, cascadas, picos nevados, nieve, de todo. Música, gastronomía, folklore, la calidez de su gente, la preciosidad de sus mujeres: todo un paraíso.
Nunca salimos al exterior. Mi criterio era enseñarle a los hijos a conocer primero a Venezuela y a amarle por encima de todas las cosas. Inculcarles el amor a la patria. Eran tiempos de paz, alegría y tolerancia. Las diferencias no impedía las buenas relaciones sociales. Era admirable el igualatarismo entre los venezolanos. Se recibía al extranjero con hospitalidad y amabilidad. Teníamos valores de exportación como el de la convivencia. Valores que no cuidamos con celo. El venezolano no emigraba.
Retomando el hilo. Cuando retornábamos de esos viajes, siempre en domingo, a Maracaibo, mi bella ciudad natal, la alegría se encendía nuevamente cuando sintonizábamos a la tradicional emisora Radio Popular.
Se encargaba de esa alegría, Humberto García, con su programa Mi Vieja Discoteca.
Y si no salíamos en domingo. a las doce del mediodía, ya estaba al frente del radio...y que alegría. Lo escuchaba totalmente. Y si estaba mi tía América, a bailar... Ella era una gran bailarina. La llevo en mi alma. Fue una gran mujer.
Desfilaban figuras del ayer, de hoy y de siempre. Libertad Lamarque, Bienvenido Granda, Daniel Santos, Barbarito Diez, Alfredo Sadel, Rafael Muñoz, La Sonora Matancera, Conjunto Casino, Billos, Felipe Pirela, Cheo García, Manolo Monterrey, Luis Alfonzo Larrain, Celia Cruz, Trío Matamoros, Beny Moré, Tito Rodríguez...y la lista sigue. Es interminable.
Esa alegría inundaba a los barrios de Maracaibo. La fiesta era contagiante...pero... un día, Humberto se fue...La ciudad quedó con la tristeza del domingo por la tarde. Los barrios marabinos lloraron su ausencia. Humberto emigró, como lo han hecho , y siguen haciendo, miles y miles de venezolanos, y también, Mi Vieja Discoteca.
Hoy que estoy residenciado en Miami , nuevamente el domingo por la tarde es alegría. Porque aquí, en la Florida, en La Poderosa, 670 am, también por internet, me he encontrado a...Miiii Vieja Discoteca. Siempre recordando a Maracaibo.
Seguro que este domingo Humberto García estará luciéndose, como homenaje a todas las Madres, y lo engalanará con toda su alegria, con su Mi Vieja Discoteca.
Como olvidar nuestros paseos dominicales, con mi padre al frente del radio, cual capitan a su barco. Definitivamente cambiaban el tono triston, que en todas partes del mundo, tiene un domingo.
ResponderBorrarComo no recordar a mis tres hermanos, sentados junto a mi en el asiento trasero del carro y yo con mis malas pulgas pidiendole que no me fastidiaran...je je je, cuatro chamos en la parte de atras de un carro, sin usar sillas especiales ni cinturones de seguridad, con el calor tipico de un domingo marabino a las doce del dia, con la cancion del marranito de fondo, paseando de parque en parque, tomando fotos de nuestra Maracaibo, visitando restaurantes, estando en familia.
Siempre recuerdo algo de aquellos domingos: "tengo que ir pa'l bano", "tengo hambre", "no me toqueis que te pateo", "vayyyyy arrimate","burro", "burra", "giaque"maitaaaaaaaaa, paitoooooooo", "te embasuraste", etc, etc....
....cuanto aborrecia esos paseos, los 6 montados en el carro dando vueltas, con la piel pegada al asiento por causa del calor y esa vieja musica....
En mis domingos actuales, ya fuera de mi pais, no dejo de anorar y valorar aquellos momentos. Una infancia mas feliz, IMPOSIBLE pedir
La pregunta es: ¿En cuál país nos vamos a volver a montar los seis en un carro, escuchando la canción del marranito de fondo y carcajeándonos de las historias de nuestra niñez? Venezuela, Usa o Noruega. Bueno se abren las apuestas. Los buenos tiempos siempre regresan. Los quiero Mucho Rafa.
ResponderBorrarLas apuestas son a Venezuela, 10 a 1, y voy que chuta...
ResponderBorrarCon casualidad encontré este artículo en este blog que incluye comentarios sobre 'Mi Vieja Discoteca' con Humberto García y les queria informar que el programa se transmite desde Miami con Humberto todos los Domingos desde las 14:00 y hasta las 17:00 horas y vía internet pueden sintonizarla por www.lamaracucharadio.com;
ResponderBorrarGracias y saludos
Enault Tudares
director de LaMaracuchaRadio.Com)
bueno por casualidad encontre esta pagina que habla de mi padre "HUMBERTO GARCIA" el gran conductor de "MI VIEJA DISCOTECA" que un gran dia nos dejo solo para irse para miami florida y olvidarse de sus hijos "que lindo" "no" esa persona q ustedes admiran tanto abandono a sus tres hijos y ni señales de el HUMBERTO GARCIA gracias de verdad por NO estar hay cuando te necesitaba cuando estaba enferma si algun dia te llegas a leer esto donde quieras q estes espero q te acuerdes de mi aunque lo dudo xq eres de verdad EL PEOR PADRE DE ESTE MUNDO dime quien abandona a sus hijos nadie solamente tu.... bueno para que nunca se te olvide quien soy soy tu HIJA MARIA DE LOS ANGELES GARCIA LA DE MARACAIBO LA MENOR DE LOS OTROS 2 HERMANOS Q GRACIAS A DIOS Y GRACIAS A LA MADRE TAN MARAVILLOSA Q TENEMOS Q NOS ENSEÑO LO BUENO Y LO MALO DE ESTA VIDA YA UNA YA ES DOCTORA Y EL OTRO YA ES INGENIERO Y YO YA SOY UNA BACHILLER DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA QUE ORGULLO NO BUENO GRACIAS HUMBERTO GARCIA POR NADA....
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