El espinoso tema de la corrupción está vinculado con el capital moral de una nación. Confianza, un libro de Francis Fukuyama, citado por Mariano Grondona, en un excelente artículo, Las alzas y bajas del ¨capital moral¨, sostiene que el principal ¨capital social ¨de un país es la confianza que sienten los individuos, unos respecto a otros.
Yo recuerdo que un alto funcionario del segundo gobierno de Rafael Caldera, el presidente que indultó a Hugo Chávez, afirmaba que sobre todo empleado público, fuera del nível que fuera, recaía siempre la duda, de que robaba en, o aprovechandose, del cargo que desempeñara.
Por supuesto, esa duda tenía, fundamentos, en los numerosos casos en contra del patrimonio de la República; expresados éstos, en enriquecimientos escandalosos de la noche a la mañana.
Sobre esa corrupción el padre jesuíta Pedro Gazo, consejero espiritual de Hugo Chávez, el líder de la robolución bonita, ha alertado, advertido a éste, y le ha manifestado que puede dar al traste, tumbar a su ¨gobierno¨.
Es tal el ambiente de corrupción, de robo de los dineros públicos, de asalto a empresas del estado, entre ellas la más importante de todas, PDVSA, que se ha generalizado. Es impune. Y el presidente sólo busca escurrir el bulto e inventa campañas mediáticas para tratar de distraer la atención de los venezolanos.
Yo no quisiera pensar que ese asalto a PDVSA sea para venderla después a precio de gallina flaca. Nada me extrañaría que Chávez se convierta en privatizador de esta empresa siempre con ropaje bolivariano, nacionalista y socialista.
Yo respecto a la industria petrolera, he pensado que debería venezolanizarse, es decir, vendiendole acciones a los venezolanos para que, de verdad, sea propiedad de éstos, sin dejar de llamar a los inversionistas extranjeros para que puedan obtener acciones también. Es un negocio costoso que requiere de capitales y de tecnología valiosa..
Volviendo a Grondona,él se refiere, en su artículo publicado en La Nación Line, Buenos Aires 15, Mayo, 2005, a los casos Menem y De la Rúa que, por no cuidar el capital moral de su país, perdieron el poder. Podrá Chávez ser la excepción? Lo dudo.
Yo recuerdo que un alto funcionario del segundo gobierno de Rafael Caldera, el presidente que indultó a Hugo Chávez, afirmaba que sobre todo empleado público, fuera del nível que fuera, recaía siempre la duda, de que robaba en, o aprovechandose, del cargo que desempeñara.
Por supuesto, esa duda tenía, fundamentos, en los numerosos casos en contra del patrimonio de la República; expresados éstos, en enriquecimientos escandalosos de la noche a la mañana.
Sobre esa corrupción el padre jesuíta Pedro Gazo, consejero espiritual de Hugo Chávez, el líder de la robolución bonita, ha alertado, advertido a éste, y le ha manifestado que puede dar al traste, tumbar a su ¨gobierno¨.
Es tal el ambiente de corrupción, de robo de los dineros públicos, de asalto a empresas del estado, entre ellas la más importante de todas, PDVSA, que se ha generalizado. Es impune. Y el presidente sólo busca escurrir el bulto e inventa campañas mediáticas para tratar de distraer la atención de los venezolanos.
Yo no quisiera pensar que ese asalto a PDVSA sea para venderla después a precio de gallina flaca. Nada me extrañaría que Chávez se convierta en privatizador de esta empresa siempre con ropaje bolivariano, nacionalista y socialista.
Yo respecto a la industria petrolera, he pensado que debería venezolanizarse, es decir, vendiendole acciones a los venezolanos para que, de verdad, sea propiedad de éstos, sin dejar de llamar a los inversionistas extranjeros para que puedan obtener acciones también. Es un negocio costoso que requiere de capitales y de tecnología valiosa..
Volviendo a Grondona,él se refiere, en su artículo publicado en La Nación Line, Buenos Aires 15, Mayo, 2005, a los casos Menem y De la Rúa que, por no cuidar el capital moral de su país, perdieron el poder. Podrá Chávez ser la excepción? Lo dudo.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo