Indudablemente, que recuerdo a Andrés Bello, a Simón Rodríguez, Cecilio Acosta, Rómulo Gallegos y a Luis Beltrán Prieto Figueroa. Con ese recuerdo quiero rendir homenaje a todos los Maestros, en especial, a mis Maestros de Primaria, entre ellos, Elda Bermúdez de Pérez y muy especialmente, a mi amada esposa Lérida Molero de Inciarte, destacada y abnegada educadora de toda la vida.
El 15 de enero es el Día Nacional del Maestro.
Maestro no es cualquiera.
Maestro no es un truhan ni un bebedor, ni un bohemio, ni ningún inmoral...
Gallegos en su cuento El Maestro, nos da a entender que Maestro no es ese al que todos le decían Maestro: Un truhan desharrapado gran bebedor y amigo de exhibir su trasnochada erudición ante quienes le celebraban.
Un día amaneció la calle o calles de la ciudad en silencio y soledad. Y el Maestro se quedó asombrado.
Sólo vio a un tullido mendigo y a éste le preguntó: ¿Qué se ha hecho la gente de la ciudad?
El tullido de inmediato le respondió: Y cómo que usted no sepa que todos se han ido al cementerio a enterrar a un justo, que dicen que era la misma virtud. Que mientras vivía nadie se ocupaba de él, pero al morir todo el mundo ha sentido su ausencia... lo llevaban dentro de sus corazones y hoy han oído palabras que ya no se decían, ha hablado el Dios mudo que cada uno lleva dentro de sí mismo.
Y Prieto nos dice: "Una sociedad indiferente quiere encontrar chivos expiatorios para librar a una casta de hombres y mujeres que hicieron de la fortuna personal (de la mal habida principalmente) el único objetivo para vivir... Maestros maltratados y mal pagados... La vida, el sufrimiento, la desesperación, son maestros capaces de generar la energía suficiente para deshacer el mundo de injusticia y crear con los fragmentos uno nuevo. Sin embargo, es de esperar que en la construcción de los cimientos de ese mundo estén los maestros colocando las piedras y el metal para darle consistencia" (Un Mandato Ineludible. Diálogos con Luis Beltrán Prieto F.; de la autoría de Antonio Ecarri Bolívar)
Maestro es sinónimo de virtud, de persona justa y creador de hombres y mujeres para la libertad.
Rindo este homenaje y quiero indicar al que lea, que se puede enterrar a un justo, a la justicia, a la verdad, a la libertad y a la razón, pero germinarán como semillas de luz para una patria digna, humana y de bienestar para todos.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo