“los que participamos en la Eucaristía tenemos el compromiso
de transformar nuestras vidas…” San Juan Pablo II
El Profesor, Doctor en Teología, Felix Palazzi, nos sirve de
guía, desde nuestra posición laical, integrante de una “santa clase media”
(Francisco dixit) que, según el Pontífice, está en vía de extinción por su
empobrecimiento galopante, que hace imprescindibles cambios en el sistema
económico internacional y en la Iglesia. El Papa cree en el diálogo en esos
procesos de cambios epocales y es la mejor vía para la solución de conflictos.
Uno de esos cambios es aceptar que todos los ministerios son
esenciales para que la Eucaristía pueda celebrarse. Todos los católicos nacemos
como laicos y por el bautismo quedamos definidos, por el seguimiento en la fe
en el Dios de Jesús, por la participación en la Eucaristía y en la lucha por el
reino de Dios.
¿Por qué se produjo ese distanciamiento entre el ámbito
clerical y el ámbito laical que todavía sigue reinando, no obstante, que ya se
habla desde la jerarquía del protagonismo de los laicos?
La historia nos dice que en el siglo III d.C “la conformación
de la estructura eclesial produce ese distanciamiento y que hoy, aquí y ahora
urge un nuevo talante eclesial y desarrollar la identidad laical”
De esas definiciones, surgirá un nuevo modo o manera de “seguimiento a Jesús”, que es esencial,
sin dejar nunca la misa o la Eucaristía. En mi criterio, ser novedosos en la
evangelización de la comunidad, de la sociedad, que camina de prisa, sin mirar
a Dios, negándolo, no pocas veces. Responderíase así a una Iglesia en salida,
cada día más cercana a la periferia, a lo humano, a ese olor de oveja del que
habla Francisco. Una Iglesia que no sea cercana a las personas podrá ser
cualquier cosa pero menos Iglesia.
El laico o la laica viven inmerso en una sociedad de
injusticias. Muchas veces abandonados por quienes tienen muy lejano lo que es
ser humano, “quizás porque muchas veces se quiere construir lo cristiano sobre
bases falsas humanas, tenemos los falsos hombres y falsos cristianos (lo
afirmaba Monseñor Romero en homilía del 31-12-1978, en plena guerra civil de El
Salvador), por una ritualización del sacramento o por algunas fallas por la
falta de una buena formación litúrgica de pastores y fieles” (Concilio Plenario
Venezolano. CMF 10-11).
Tenemos que caminar unidos, como lo que somos, el Cuerpo de
Cristo, en fraternidad, fortalecidos con
el cuerpo y sangre de Jesús y llenos del Espíritu Santo, formando un solo
cuerpo y un solo Espíritu (Anfora 3 del Misal Romano).
Y no olvidar que los laicos “son todos aquellos sin los
cuales la Iglesia sería vista como un absurdo” (Henry Newman). “La Iglesia se
constituye en el sacerdocio común de los bautizados y no sobre el ministerio
ministerial, este último está al servicio del sacerdocio común y no a la
inversa” (LG 24, antepone el capítulo “Pueblo de Dios” al del Ministerio Jerárquico.
Eclesiología de comunión)
Es harto posible que este tema, Repensar la
Ministerialidad Eclesial, desde la existencia laical, Aquí y Ahora, del
Profesor Palazzi, sea motivo de mucho interés en el Primer Encuentro
Iberoamericano de Teología, que con la participación de 40 Teólogos de habla
hispana, organizado por el Dr. en Teología Rafael Luciani, se celebrará en el
Boston College, en Boston, en los primeros días de febrero. A mí me ha servido
para la exposición de estas breves notas que tienen por finalidad exhaltar la
horizontalidad entre sacerdotes o jerarquía y laicos, siempre respetando a
ésta, porque de su sabiduría que viene de Dios en buena medida depende nuestro
alimento de la espiritualidad cristiana. Es el espíritu del Concilio Vaticano
II que convocara el Papa Bueno, san Juan XXIII y que desarrollara y culminara
un incomprendido adelantado en la historia, el hoy Beato Pablo VI.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo