“No perdamos
la esperanza”
Con fecha 29
de junio de 2013, día de los Apóstoles Pedro y Pablo, ha sido publicada la
primera encíclica de Francisco, en el primer año de su pontificado.
Lumen Fidei,
que es su nombre, que es luz de la fe, fue presentada, a casa llena, en El
Vaticano, el 5 de julio reciente.
Pienso, que
es continuidad de la carta Porta Fidei, que a motu propio, publicara Benedicto
XVI, donde se declaró Año de la Fe, el espacio de tiempo comprendido entre
octubre de 2012 y noviembre de 2013.
Ya en su
presentación, se nos dijo, que tiene “mucho de Benedicto XVI y todo de papa
Francisco” (Monseñor Marc Quellet).
En la
encíclica se define qué es la Fe: “es lámpara que guía nuestros pasos en la
noche y la que nos basta para el camino”,
que no nos separa o aparta de la realidad, “pero nos permite entender todo el
significado más profundo, de descubrir cuando Dios nos ama y de este modo los
oriente hacia sí mismo” (Mons Müller).
Lumen Fidei
tiene la “fortuna” de haber sido escrita de la mano de dos pontífices, con el
mensaje de Francisco y el magisterio de Benedicto XVI, en ambiente de unidad de
fe.
La encíclica
nos invita a los cristianos a salir del “yo” y el decidirnos por el “nosotros”
de la Santísima Trinidad, conscientes como fieles de ser “miembros de una gran
comunión”.
Francisco
quiere proponer y lo indica así, el camino que ha de seguir la Iglesia para
recuperar su misión en el mundo de hoy (Mons. Fisichella).
Tener fe en
Dios es amor. A Él y al prójimo como a sí mismo.
Ya en Porta
Fidei – la Puerta de la Fe – se recomendaba para la Nueva Evangelización o
transmisión de la fe cristiana, como instrumentos válidos el Concilio Vaticano
II y el Catecismo de la Iglesia Católica. Francisco ha recordado que el
concilio fue “un concilio sobre la fe”.
La estructura
de Lumen Fidei es la siguiente: Una introducción y cuatro capítulos.
En la
introducción se hace referencia a la luz de la fe (1) ¿Luz ilusoria? (2-3). Una
luz por descubrir.
El cap. I:
Hemos creído en el amor. El cap II: si no creéis, no comprenderéis. El cap.
III: Pablo dice: transmito lo que he recibido. Cap. IV: Dios prepara una ciudad
para ellos, los que creen.
Bienaventurada
la que ha creído (Lc 1, 45); bienaventurado el que ha creído.
No perdamos nunca la esperanza que nos viene de
la fe en Jesucristo. Tengamos fe.
“LUMEN FIDEI” ES UNA ENCÍCLICA APÓSTATA: EL PADRE DE LA FE PARA LOS PONTIFICES POSTCONCILIARES, ES EL PATRIARCA ABRAHÁM. El PADRE DE LA FE PARA LOS FIELES CRISTIANOS ES JESUCRISTO. Dijo Jesús en su diatriba: Hay de vosotros, escribas y fariseos, ¡hipócritas! “Que cerráis el reino de los cielos a los hombres, porque parados en la puerta, no entráis ni dejáis entrar, impidiendo que crean en mi doctrina”. El Pontífice Francisco I, al decir que Abraham es el padre de la fe, promueve la transformación apóstata de la Iglesia Romana en Sinagoga Noajida, impidiendo la salvación eterna de los cristianos. http://www.scribd.com/doc/148809387/CRISTIANISMO-RELIGION-LAICA
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