¨Alabad al Señor que obra maravillas¨. Es el salmo 134, de cuya primera parte, habló Benedicto XVI, en la audiencia general del 28 de septiembre de 2oo5.
Este salmo es ¨un himno de índole litúrgica, entretejido de alusiones y evocaciones a otros textos bíblicos¨, dijo Su Santidad.
Hay que alabar a Dios en su templo, que es ¨el lugar privilegiado y comunitario de la oración¨. Allí se experimenta la presencia de Dios.
Tras esta invitación, proclama la fe, sustancia de todo el himno, que revela una proclamación de la grandeza del Señor manifestada en sus obras maravillosas¨. Oh Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, por el bien de la paz. Dona concordia y paz a nosotros y a todos los habitantes de la tierra¨. Fuente VIS 28 de septiembre de 2005.
Este salmo es ¨un himno de índole litúrgica, entretejido de alusiones y evocaciones a otros textos bíblicos¨, dijo Su Santidad.
Hay que alabar a Dios en su templo, que es ¨el lugar privilegiado y comunitario de la oración¨. Allí se experimenta la presencia de Dios.
Tras esta invitación, proclama la fe, sustancia de todo el himno, que revela una proclamación de la grandeza del Señor manifestada en sus obras maravillosas¨. Oh Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, por el bien de la paz. Dona concordia y paz a nosotros y a todos los habitantes de la tierra¨. Fuente VIS 28 de septiembre de 2005.
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