jueves, 4 de agosto de 2005

Aeroporquería

26 HORAS DE MIAMI A MARACAIBO. El viaje 515 estaba pactado para salir a las 11:3o a.m., del 2 de agosto de 2005. Saben a qué hora salió? A LAS 4:45 de la mañana del día 3 de agosto de 2005. Qué les parece? Acorde con la velocidad de las comunicaciones del siglo XXI?
El 2, muy temprano, eran las siete y cuarenta de la mañana mi esposa y yo llegamos al airport de Miami. Cuando estabamos frente a la línea para el chequeo pertinente no había llegado ningún pasajero. Le dije a mi esposa: Lo mejor del día, por ahora.
- Van para Maracaibo, nos preguntaron los empleados de la línea.
- Les informamos que el chequeo es a las 4 de la tarde y la salida a las 12 de la noche.
-Como va a ser si el viaje está fijado para salir a las once y cuarenta y cinco de la mañana.
- Bueno. Asi es porque hemos tenido algunos problemitas.
- Me propuse hacer de un limón una limonada dulce, pero mi esposa dijo: Aeroporquería, aeroporquería...
- Quedate tranquila. Pensemos que es un shopping...en el airport.
Comenzó el calvario. Decidimos quedarnos en el puerto aéreo. Como a las once, después que chequearon a los pasajeros que iban hacia Caracas, a instancia de una empleada, nos chequearon a nosotros. El temor: la pérdida del equipaje.
Cuando chequeaban le pregunté al empleado que a qué se debía esa puntualidad. Me respondió diciendo que era para que ¨sintiéramos la diferencia¨, precisamente, el slogan de la empresa. Nos dijo además, que el problema obedecía a que la línea no tiene aviones. Nos dió unos cupones de 50 dólares a cada uno para hacerlos valer en próximos viajes y nos dió una factura de entrada a un hotel para que descansáramos, almuerzo y cena.
A la una fuimos al hotel. Regresamos a las cuatro, ante la falta de información confiable. La cola de pasajeros para Valencia y Maracaibo era inmensa. A estos les dieron cupones por cien dólares a cada uno. No sabemos por qué la diferencia con respecto a nosotros; pero ni hotel, ni cupones, pueden dejar que exprese y DENUNCIE al mundo a Aeroporquería: ÄLAS DE VENEZUELA, LINEA AEROPOSTAL DE VENEZUELA.
La denuncia va dirigida al Gobierno de EEUU, porque el hecho se perpetró en suelo americano; al Gobierno de Venezuela porque la línea, presuntamente, es venezolana; y a todos los organismos internacionales y nacionales defensores de los derechos humanos. No sé si habrán políticos interesados en evitar estos abusos?
Aeroporquería no debería tener licencia para operar. Pone en mal a la libre empresa venezolana porque podría ser considerada sinónimo de ineficiencia, de falta de responsabilidad y de trato inhumano. El Gobierno venezolano debería prohibirle el uso del nombre de Venezuela o de términos parecidos. Debería además multarla, con una costosa multa, que la lleve al cierre. El Gobierno de EEUU debería actuar porque conductas de esta naturaleza pueden alterar el órden público por el cual deben velar.
Linea Aeropostal Venezolana, mejor dicho, Aeroporquería, hace recordar los males de la cuarta República con la diferencia que ahora esto ocurre en tiempos del socialismo del siglo XXI y de la llamada ¨revolución bonita¨, y con la tranquilidad de que el pobre Chávez pasa igual calvario en su modesto avioncito. Yo invitaría al presidente a que viaje de incógnito, se ponga la peluca de pavo y vaya al aeropuerto en una moto, y él que es tan justiciero actúe.
El equipaje no llegó completo. El viaje, mejor el calvario, terminó hoy cuando tuve que ir al aeropuerto La Chinita a retirar el resto del equipaje, terminando así las 26 horas de su duración. No sé por qué recordé a Marianela Salazar. Seguro que el propietario de la línea si debe saberlo.

1 comentario:

  1. Esos viajecitos de Aeroporquería son la cagada. Con eso de que el boleto es más económico que cualquier otra aerolínea se lo meten a unos cuantos, ya que sobrevenden boletos, tanto, que sirve para dar ciertos tickets de canje entre 50 y 100 dólares a cada perjudicado que reclame. Esa aerolínea siempre ha tenido el mismo problema. Te apoyo con la denuncia, son lo peor. Gracias a Dios llegaron a salvo a su destino.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo