jueves, 2 de agosto de 2018

En la ruta del Papa Francisco. La globalización cultural

No comulgo con ese híbrido de lo peor del capitalismo con el comunismo negador de derechos civiles y políticos de las personas humanas ( enmarcado en pensamiento de Carlos Alberto Montaner)
Ya parece que no son pocos los que cuestionan la globalización y sus efectos.
En principio, la globalización es positiva, porque acerca a los pueblos ; pero no así en sus fines sutiles económicos, financieros, y con un sistema que mata, excluye, a las inmensas cantidades de pobres, de pueblos y lenguas, destruidos en su cultura, debilitados, por lo menos.
La globalización de negocios sin ética, atienden a las influencias de naciones desarrolladas pero moralmente débiles. Es una pretendida ¿? nueva colonización que ha generado graves pérdidas para la humanidad, en guerras, migraciones ( diásporas ) récord mundial en todos los tiempos, fractura de la familia - tesoro del hombre - , xenofobia, terrorismo internacional, crimen organizado con todo tipo de ilícitos, hombres, mujeres y niños buscando espacios perdidos para llenar por esas vías - irse de sus países - vacíos espirituales, que no alcanzan a llenar...
Con toda responsabilidad sostengo que el caso Venezuela es consecuencia de una sociedad de lo peor del capitalismo con comunismo que niega los derechos civiles y políticos de la sociedad civil y sus organizaciones, menores, víctimas, del Estado y sus socios. Jamás están dispuestos a cumplir con principios y valores que lleven al desarrollo humano integral y solidario.
Uniformar y homogeneizar al hombre ha sido su fin; el de esa globalización, que quiere que todos tengamos los mismos gustos, modas, en comidas, en forma de vestir, en exaltación de la truculencia de ésta...
Hoy, lo digo sin ambages, está planteado un cambio epocal, saneador de la humanidad. Es el reto del santo Papa Francisco y, por ende, de su Pontificado. La Iglesia está pasando de una pastoral conservadora a una pastoral decididamente misionera con projimidad humanizante. De ir a una Cultura del encuentro y no que vengan a mí.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo