Seguir la Ruta de Francisco. La conciencia del cristiano

Me propongo publicar dos notas semanales sobre la Ruta del Santo Papa Francisco.
En esta oportunidad, lo hago con la conciencia cristiana y lo que significa en la vida de los laicos y fieles en general.
Parto del respeto a mi conciencia y la de los demás.
Cada conciencia debería ser un sagrario donde habite el Espíritu Santo.
La conciencia es sagrada y es moral.
Me ubico, en esta época de cambios, de modelos obsoletos y periclitados, y por tanto, quiero comprender, perdonar, acompañar con amor al que sufre e integrarlo.
Sentir la alegría del amor como lo caracteriza San Pablo en su himno.
Ser paciente, porque todo proceso de cambio requiere de la paciencia. Es cuestión de nueva vida cristiana, con Cristo en el centro de cada conciencia.
El Espíritu Santo siempre ha acompañado a la Iglesia y lo seguirá haciendo.
La Iglesia ha superado conservadurismos y pecados graves en más de dos milenios. Seguirá por esa senda como Iglesia en salida.
Los pastores y los laicos preparados y comprometidos aplicarán normas morales no como piedras en el rostro del que sufre conflictos y situaciones irregulares. Los atraerán e integrarán, porque son parte de la Iglesia. Son como tú y yo.  Hijos de Dios.
Santa María ruega por nosotros pecadores.