“Mientras las ganancias de unos pocos crecen
exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar
de esa minoría feliz” (Papa Francisco, EG n. 56)
He venido sosteniendo, a manera de leitmotiv, que la juventud
no es sólo asunto cronológico - ¿Verdad, Henry Ramos Allup (73)? - sino de
aptitud, espiritual, de formación, de capacidad política, intelectual y
científica. Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes. Tenemos que el santo Papa
Francisco es un viejo joven de 78 años de edad, al igual que el hasta no hace
mucho tiempo desconocido, senador demócrata, Bernie Sanders (74).
Los planteamientos del precandidato del partido demócrata de
USA han pegado en la juventud de este país; más allá de los simpatizantes o
militantes de esa organización política. No es para menos, cuando Sanders ha
sabido interpretar lo que ese segmento de la población y toda ésta, en su
mayoría, siente. No resulta de justicia social que, un joven que haya obtenido
un crédito estudiantil para sus estudios universitarios, egrese debiendo,
pagando y sin poder conseguir trabajo; y que una medicina tenga costos excedidos
que pocos pueden comprar (Ejemplo, lo sé por experiencia. Una pastilla para la
tensión 650 $; otra, para enfermedad pulmonar, 3.500 $... y ni hablar de los
costos hospitalarios. Muchos norteamericanos se vienen a países
latinoamericanos a operarse de no pocas enfermedades). Los alimentos son tan
caros que ha crecido la agricultura urbana como ayuda para el sostén familiar.
Ante Sanders está el precandidato republicano, Trump (69),
que es el representante del capitalismo liberal que ha generado una élite
minúscula súper poderosa (1 % de la población del país) que es dueña de la
riqueza o acaparadora de la riqueza total de esa nación. Es esta élite liberal,
cuyo culto es al dios dinero, o dios Mammón, que han hecho del dinero su
fetiche, por su codicia o avaricia.
Sanders es demócrata progresista que no tiene prejuicio de
ser llamado socialista. Que plantea universidades gratuitas y seguridad social
para todos, y un “made in USA” para reactivar la economía y crear un millón de
empleos para los jóvenes. Quiere evitarle a los EE.UU graves conflictos
sociales porque la indignación ante discriminaciones hirientes e inmorales
crece. Es el “Occupy Walt Strret”. Sanders plantea una democracia social en un
país donde el Estado providencia o de bienestar social no existe.
Podríase afirmar que Sanders pudiera estar de acuerdo con la
fórmula del gran líder de Israel, Shimon Peres, que plantea, para solucionar
los graves males de la humanidad, “producir como capitalista y distribuir como
socialista”. Los gobiernos del presente y del inmediato futuro tendrán que
conquistar la gobernabilidad combatiendo sin tregua la corrupción, el
narcotráfico y todo tipo de delitos que enferman a la sociedad entera. Es lucha
global para que haya justicia social económica mundial que sea capaz de
transformar la globalización de la indiferencia en una globalización con rostro
humano, una lucha antropológica, si se quiere, para que reine el amor al
prójimo, con política con principios, comercio con ética, ciencia y tecnología
con humanidad.
En Venezuela es harto probable que surja un Presidente, es posible
que sea un viejo joven, que comulgue con las ideas explanadas que, en el plano
religioso, son predicadas por Francisco (Léase Evangelii Gaudium y Laudato si).
Serán gobiernos de mucho sentido común, de
diálogo permanente con todos, respetuosos de la libertad, de la justicia, la
verdad y la paz, al servicio del bien común, no de ideologías que han hecho
sufrir a los pueblos del mundo. Es más importante la realidad que la idea, ha
sostenido el Sumo Pontífice, peregrino de la misericordia y de la paz.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo