Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?
Le dice él: ¨Si, Señor, tú sabes que te quiero ¨. El maestro le ordena: ¨Apacienta mis corderos ¨. Por segunda vez le pregunta: ¿me amas? Si, Señor, tú sabes que te quiero. Por tercera vez vuelve a preguntarle: ¿me quieres?
Pedro se entristeció. Jesús, le repite: ¨Apacienta mis ovejas ¨( Jn 21, 15 – 17 ).
¨¿Aun no comprenden, ni se acuerdan de los cinco panes de los cinco mil hombres, y cuantos canastos recogieron?¨( Mt 16, 9 ).
Jesús quiere que Pedro enseñe, instruya, dé el pasto espiritual a los hombres, pero también indica que hay que tener fe, que ésta esté acompañada también, del pan material. Desea Jesús que el hombre no tenga hambre, ni espiritual ni física. Sabe que solo así el hombre tendrá paz. Se preocupa por el desarrollo humano integral.
La Iglesia, a través de las distintas encíclicas, ha promovido el desarrollo humano integral, el desarrollo de los pueblos, que no es solo y aparentemente materia económica y social, sino que tiene un carácter ético y cultural. La Iglesia propone como única y verdadera solución para la ¨cuestión social ¨ - derivada del conflicto capital – trabajo – la doctrina social que, como sostiene Benedicto XVI, tiene como principio principal la caridad que ¨adquiere forma operativa en criterios orientadores de la acción moral: la justicia y el bien común¨. Por eso, cuando la Iglesia se ocupa del desarrollo de los pueblos, no puede ser acusada de sobreponer su campo específico de competencia y mucho menos, el mandato recibido del Señor.
En el humanismo pleno que promueve no tiene ni podrá tener jamás cabida, la negación o limitación de los derechos humanos, como por ejemplo, el derecho a la libertad religiosa, el derecho a participar en la construcción de la sociedad, la libertad de asociación, o de formar sindicatos o de tener iniciativas en materia económica ¿ esa limitación no empobrece más a la persona humana igual o más que la privación de los bienes materiales ?.
Estas notas siguen la Encíclica Cáritas in veritate , del Papa, Benedicto XVI, sus referencias y citas bíblicas en ella contenidas. Y las termino recordando a la humanidad la condena severa de la lucha de clases pero haciendo la salvedad de que la paz se edifica sobre el fundamento de la justicia.
Hay que leer y releer las encíclicas Rerum novarum, Sollicitudo rei sociales y Populorum Progressio de León XIII, Juan Pablo II y Pablo VI, respectivamente, que son de permanente actualidad en esto de darle respuesta a la cuestión social en el difícil mundo globalizado del presente y sus consecuencias en detrimento del bienestar del ser humano en el planeta.
Le dice él: ¨Si, Señor, tú sabes que te quiero ¨. El maestro le ordena: ¨Apacienta mis corderos ¨. Por segunda vez le pregunta: ¿me amas? Si, Señor, tú sabes que te quiero. Por tercera vez vuelve a preguntarle: ¿me quieres?
Pedro se entristeció. Jesús, le repite: ¨Apacienta mis ovejas ¨( Jn 21, 15 – 17 ).
¨¿Aun no comprenden, ni se acuerdan de los cinco panes de los cinco mil hombres, y cuantos canastos recogieron?¨( Mt 16, 9 ).
Jesús quiere que Pedro enseñe, instruya, dé el pasto espiritual a los hombres, pero también indica que hay que tener fe, que ésta esté acompañada también, del pan material. Desea Jesús que el hombre no tenga hambre, ni espiritual ni física. Sabe que solo así el hombre tendrá paz. Se preocupa por el desarrollo humano integral.
La Iglesia, a través de las distintas encíclicas, ha promovido el desarrollo humano integral, el desarrollo de los pueblos, que no es solo y aparentemente materia económica y social, sino que tiene un carácter ético y cultural. La Iglesia propone como única y verdadera solución para la ¨cuestión social ¨ - derivada del conflicto capital – trabajo – la doctrina social que, como sostiene Benedicto XVI, tiene como principio principal la caridad que ¨adquiere forma operativa en criterios orientadores de la acción moral: la justicia y el bien común¨. Por eso, cuando la Iglesia se ocupa del desarrollo de los pueblos, no puede ser acusada de sobreponer su campo específico de competencia y mucho menos, el mandato recibido del Señor.
En el humanismo pleno que promueve no tiene ni podrá tener jamás cabida, la negación o limitación de los derechos humanos, como por ejemplo, el derecho a la libertad religiosa, el derecho a participar en la construcción de la sociedad, la libertad de asociación, o de formar sindicatos o de tener iniciativas en materia económica ¿ esa limitación no empobrece más a la persona humana igual o más que la privación de los bienes materiales ?.
Estas notas siguen la Encíclica Cáritas in veritate , del Papa, Benedicto XVI, sus referencias y citas bíblicas en ella contenidas. Y las termino recordando a la humanidad la condena severa de la lucha de clases pero haciendo la salvedad de que la paz se edifica sobre el fundamento de la justicia.
Hay que leer y releer las encíclicas Rerum novarum, Sollicitudo rei sociales y Populorum Progressio de León XIII, Juan Pablo II y Pablo VI, respectivamente, que son de permanente actualidad en esto de darle respuesta a la cuestión social en el difícil mundo globalizado del presente y sus consecuencias en detrimento del bienestar del ser humano en el planeta.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo