Tengo un amigo que suele decirle a los militares, mi general, mi coronel, mi capitán...Él, que es profesor y civil, no debería hacerlo, y en más de una oportunidad se lo he dicho. El civil debería leer, constantemente, la Constitución que, cuando fuera promulgada, el ciudadano presidente Hugo Chávez calificara perfecta y destinada a durar más de cien años. Pues bien, ese máximo instrumento normativo, que hoy es defendido por todos los , sólo acepta el tratamiento oficil, y yo diría que no sólo oficial, de ciudadano. Los civiles y no civiles, al presidente no deben decirle comandante, porque no fue electo como militar sino como civil, retirado del ejército, por su participación protagónica en el golpe de estado del 4F92. La ciudadanía hay que defenderla. Leer y releer la constitución vigente de 1999 es un modo de hacerlo. Defenderla, otro. La ciudadanía nos lleva a pensar que tenemos deberes y derechos que cumplir. Nos debe hacer pensar y luchar por lograr que los gobernantes sean servidores de la sociedad civil y no al revés. Nunca debe aceptarse ser sirviente de nadie porque se es ciudadano. Los gobernantes deberían tener en mente la : Vienen para servir y no para ser servidos. La única revolución del siglo XXI es la de la ciudadanía. Así lo creo y así lo expongo.
La idea surgió de la inquietud de qué hacer con los escritos del ayer y los de hoy, y como quiera que el tiempo no conoce de convencionalismos referidos a pasado, presente y futuro que no son más que inventos humanos, el autor cuida haciendo uso de la libertad, sin temor, la actualidad, vigencia y proyección de dichos escritos. Consciente de aquello de que escribe que algo queda.
viernes, 29 de enero de 2010
Un civil no debe decir "mi general ni mi comandante"
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo