domingo, 1 de marzo de 2009

Primer domingo de Cuaresma

Cuarenta días pasó Jesús en el desierto. Allí vivía entre animales y ángeles que le ayudaban.
El desierto, sirvió para que Jesús pudiera resistir, rechazar, al tentador, que era Satanás.
No cayó en tentación y se preparó, con oración y ayuno, para emprender su misión pública.
El desierto tiene un sentido simbólico. Es la aridez, la soledad, el abandono, el sacrificio, que muchos cristianos pasan en la vida, que hasta puede llevarles a renunciar a Dios; pero el cristiano católico debe aprovechar esa aridez como prueba para crecer en la fe y en el acercamiento a Dios.
Cuaresma es oportunidad de conversión del corazón. De rechazar la tentación y de no incurrir en el pecado.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo