martes, 17 de julio de 2012

Los fieles laicos, profetas y apóstoles del mundo actual


“El que sembró la semilla buena es el Hijo del Hombre” (Mt 13, 37).
Por laico se entiende la persona que no tiene órdenes clericales; independiente de cualquier organización o confesión religiosa.
El Concilio Vaticano II expresa que son fieles laicos los que manifiestan su intención de pertenecer a la Iglesia y a su misterio, que tienen como carácter peculiar de su vocación, la búsqueda del Reino de Dios, tratando de adecuar las realidades temporales ordenándolas según Dios.
Lumen Gentium considera que son aquellas personas, cristianos, que incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes a su modo del oficio sacerdotal profético y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que a ellos corresponde.
Invito, en estas horas dramáticas de la Patria, a leer dos documentos, uno, la Exhortación Apostólica, Christifideles laici y el Comunicado de la CEV, de Juan Pablo II y de la Conferencia Episcopal Venezolana ante las Próximas Elecciones del 7 de octubre del 2012.
La lectura les dirá el por qué de la invitación.
Y es que los fieles laicos no podemos aislarnos espiritualmente de la comunidad, ni mucho menos dejar de participar, tanto en la Iglesia, de la cual debemos tener conciencia de pertenencia, como en la sociedad.
A los fieles laicos no nos es dable mantenernos ociosos. Jesús no nos quiere de esa manera y es por eso que nos manda a ir por el mundo a evangelizar, es decir, a llevar el Mensaje de Salvación a quienes no lo hayan recibido, y nos instruye cómo hacerlo. Debemos ser luz y sal de la sociedad anunciando el Evangelio, y profetizando, rechazando la injusticia y la violación de los derechos humanos fundamentales.
Los fieles laicos tenemos, también, un compromiso con nuestra formación integral, que comprende la espiritual, la participación activa en la sagrada liturgia, la doctrinal (estudio de la Doctrina Social de la Iglesia), cultivando la fe en Cristo, rezando, orando; participando en política; luchando por crecer en valores humanos, entre otras obligaciones no menos importantes, como leer todos los documentos emanados del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia, como herramientas valiosísimas para la preparación del Año de la Fe del 11 de octubre de 2012 hasta el 24 de noviembre de 2013, celebración de Corpus Christi.
Hay que llevar a la humanidad la esperanza en el Evangelio vivo y personal, Jesucristo mismo, que es alegría, que la Iglesia testifica y anuncia cada día a todos los hombres. Es la misión de todos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y fieles laicos. Somos Iglesia.
Hago un llamado a votar masivamente y a colaborar en todas las fases del proceso comicial  el próximo 7 de octubre. Es por la defensa de la libertad y de la democracia.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo